Testimonio: 21 de marzo de 2023

Testimonio: 21 de marzo de 2023

Beatriz Ochoteco Asensio
Asociación FamiliaAMIC
Sant Cugat del Vallés, España

 

Me hubiese encantado empezar diciendo lo feliz que estoy, cómo mi corazón estalla de alegría por el día que celebramos hoy. Pero la verdad es muy distinta y duele, duele mucho.

Hoy es el Día Mundial del Síndrome de Down y la realidad es que los niños que tienen estas diferentes capacidades ya no nacen. Hay países que incluso están consiguiendo el 100% de bebés abortados en estos últimos años. En la asociación donde yo participo, no conseguimos encontrar nuevos socios menores de 6 años.

Me parte el alma ver cómo, poco a poco, las personas como mi hermana dejarán de existir. ¿Pero sabes qué es lo que me provoca aún más tristeza? Que este exterminio está acompañado de un silencio estremecedor. No se habla de estas cifras tan alarmantes, no se comenta que las personas en unos años vivirán sin saber qué es el Síndrome de Down y por qué el 21 de marzo es un día tan especial. No lo sabrán porque nosotros hoy hemos decidido que no son personas que aporten a la sociedad y, por lo tanto, no son merecedoras del bonito regalo de la vida.

Hoy me levanto para combatir a este silencio estremecedor que quiere y está consiguiendo acabar con la vida de estas personas de manera sigilosa. Hoy vengo a decirte que mi hermana Sofía ha sido todo menos una carga, ha sido el corazón de la familia y, sobre todo y por encima de todo, me ha enseñado la lección más importante en la vida: me ha enseñado que el mundo no es para los inteligentes y para los ricos, me ha demostrado que el mundo es para el que ama, que quien consigue amar al otro, ha conseguido ganar la batalla más importante.

Me ha permitido ver el valor inconmensurable de cada ser humano y que es justamente en las diferencias donde uno encuentra la belleza. Que cuando el mundo ve debilidad, mi hermana ve una oportunidad de sacar la virtud del esfuerzo. Que cuando el mundo ve discapacidad, mi hermana dice: “ven aquí que te demuestro que se puede brillar”. Que cuando el mundo se niega a ver el valor de su existencia, ella grita que es feliz y agradece a sus padres que un día, muy asustados por el desconocimiento, dijeron SÍ a mi hermana. Ella no busca la compasión del mundo, ella simplemente desea que les dejemos vivir.