Interferencias dentarias como causa de asimetría facial y mordida cruzada

Carolina Abogadro de Severi
Salto, Uruguay

Nuestros hijos con síndrome de Down presentan, durante la dentición caduca (“dientes de leche”), una alteración tanto en la secuencia eruptiva, es decir, en el orden en que salen los dientes, como en la cronología o momento de llegada de cada diente a la boca.

Como mamá y odontóloga voy a contarles el caso de mi hija Martina, de 3 años de edad: cómo solucionamos su problema de mordida cruzada (una mordida correcta es cuando los dientes superiores desbordan o están por fuera de los inferiores; al revés se denomina mordida cruzada), ya que podemos ayudar a que otros chicos con algún problema de oclusión (relación tri-dimensional entre las piezas superiores e inferiores) también lo logren.

Su erupción fue tardía, pero lo que más me llamaba la atención fue la alteración de la secuencia en que erupcionaban las piezas dentales, siendo primero los molares y luego los incisivos (o sea, de atrás para adelante).

Martina ya con 2 años y medio tenía las 20 piezas dentales, pero con una mordida cruzada anterior (llamamos piezas anteriores a los incisivos y caninos, mientras que las posteriores son los molares), que se presentaba en los incisivos y canino izquierdos. Los molares de ese lado contactaban «but a but» (borde a borde). Las líneas medias entre los incisivos centrales no coincidían, encontrándose la inferior desplazada hacia la izquierda (Foto Nº 1).

Cuando miraba su carita de frente, claramente se observaba una asimetría facial, es decir, desigualdad entre las medias caras con respecto al eje axial que pasa por la nariz.

Su masticación era unilateral izquierda, puesto que ante la presencia de una mordida cruzada, el individuo tiende a masticar de ese lado porque es donde hay mejor eficacia masticatoria.

Esta mordida era causada por una interferencia dentaria del incisivo central superior izquierdo. Llamamos interferencia dentaria al contacto prematuro que se da entre los dientes, que por una mala posición de uno de ellos resulta en un desplazamiento mandibular.

Me di cuenta de ello cuando, al cambiar sus pañales y jugar en la cama, centraba su mandíbula y tocaba el incisivo inferior con este diente, que se encontraba más hacia el paladar, desviando su mandíbula a la izquierda.

Yo sabía que al tener esa mordida, la mandíbula no estaba centrada, y que su crecimiento se desarrollaría de forma asimétrica, con una traba en la premaxila (premaxila es el hueso que aloja a los cuatro incisivos superiores), en la zona de los incisivos superiores izquierdos y canino.

La traba de la premaxila es muy perniciosa, ya que impide su crecimiento radial y vertical (tal como afirma el Dr. Enlow).

Mi objetivo era liberar esa interferencia oclusal y centrar la mandíbula, para que ambos maxilares se desarrollaran simétricamente, y así lograr una correcta función masticatoria y una simetría facial.

Recurrí a todas mis queridas profesoras, que me decían: ``no seas ansiosa; espera, hay tiempo” (- y yo me contestaba: “sí, pero el crecimiento es asimétrico,...”).

Consulté a mi profesora, la Dra. Vilma Haller, y en base a su experiencia optó por un regulador de la función del Dr. Fränkel. Se trata de un aparato removible en relación a ambos maxilares, cuya filosofía permite una función normal de la lengua, separando las fuerzas patológicas de las mejillas y labios. Sin lugar a duda es un excelente medio terapéutico para nuestros hijos con Síndrome de Down.

Tardamos 2 meses en hacer que la niña aceptara la instalación del mismo en la boca, pero cuando lo lográbamos, no lo usaba más de 5 minutos. Lo tiraba al piso y no lo quería.

A todo esto, el tiempo pasaba, Martina crecía, y cada vez se acentuaba más la asimetría facial.

El próximo paso fue tratar con otro medio terapéutico que aprendí con las Dras.Vilma Haller, Dorlis Godoy y Marta Casamayu.

Primeramente se tomaron impresiones, es decir, un molde de sus dientes con silicona pesada; y así obtuvimos modelos (la reproducción del negativo), que los relacionamos con una mordida constructiva con la mandíbula centrada y but a but los dientes. (Foto Nº 2).

Logrado esto, los montamos en un oclusor (dispositivo que relaciona los modelos), y confeccionamos el nuevo aparato.

Este era una placa estampada inferior (Foto Nº 3). Del lado derecho subía una aleta de acrílico que se relacionaba con el canino, y el primer y segundo molar derecho. Del otro lado, otra aleta se relacionaba con la cara palatina (la que mira hacia el paladar) de todo el grupo dentario superior izquierdo. Dichas aletas permitían centrar la mandíbula, mientras que el acrílico por detrás de los incisivos y canino superior izquierdo oficiaba de plano inclinado para tratar de llevar las piezas hacia adelante con la propia función masticatoria. (Foto Nº 4)

El aparato fue cementado con un cemento que debía ser de fácil remoción. Usamos cemento de fosfato. El aparato duró 12 días adherido y luego el material se fue disolviendo y se desprendió.

Para mi sorpresa, Martina pedía que se le pusiera el aparato. Seguía comiendo con él, iba al preescolar, y sólo se lo sacaba de noche para lavarse dientes y aparato, el cual volvía a la boca (y dormía con el mismo). Así transcurrieron 1 mes y medio, obteniéndose una mandíbula con las líneas medias dentarias centradas, una masticación unilateral y alternada (masticaba de ambos lados), y la simetría facial. (Fotos Nº 5 y 6).

Por supuesto que debo destacar la colaboración de Martina, que al ser hija de dentista estaba acostumbrada a sentarse en el sillón del odontólogo y abrir la boca. Es una niña muy colaboradora, pero sé que todos los niños con síndrome de Down lo son. Debemos tener mucha paciencia, pero más tarde o más temprano se logran las cosas que nos proponemos.

En este caso clínico de Martina los resultados fueron inmediatos y buenos (Fotos Nº 7 y 8), y me pareció oportuno compartirlo para que sirva de ayuda, en el caso de que otros padres observen algo similar en la oclusión de sus hijos.

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Agradezco la ayuda de mis colegas: Fabiana Beneditto, Lourdes Arburúas, y Rogelio Becco.

Causa de asimetría facial y mordida cruzada Síndrome de Down