Resumen: Cómo favorecer la comunicación de los niños
Cómo favorecer la comunicación de los niños pequeños con discapacidades del desarrollo
Kaiser, A.P., Hester, P.P., McDuffie A.S. Supporting communication in young children with developmental disabilities. Mental Retardation and Developmental Disabilities Research Reviews, 7: 143-150, 2001.
Resumen
Las conductas de los padres, de los cuidadores mayores, y de los compañeros conforman los rasgos críticos del apoyo que la comunidad presta a los niños pequeños que tienen discapacidad intelectual en el desarrollo de su comunicación.
En un modelo bio-ecológico de desarrollo, el desarrollo de la comunicación es el resultado de las interacciones entre las personas con características específicas, y en situaciones particulares a lo largo del tiempo.
Desde la perspectiva de este modelo, el artículo resume los resultados que cimientan la investigación que se está realizando sobre la intervención y la moderna visión sobre el desarrollo de la comunicación en este tipo de niños. Se ilustra cómo las características peculiares de un niño contribuyen a configurar las interacciones niño-cuidador que van a sustentar el desarrollo del lenguaje, basándose en la investigación que se ha realizado en niños que tienen autismo, síndrome de Williams, síndrome de Down, y niños que utilizan los sistemas de comunicación aumentativa. Se analizan la interacción padres-hijo y la calidad y cantidad de la conversación de los padres, como factores decisivos en el desarrollo del lenguaje de los niños.
El artículo revisa también: a) los efectos que ejerce el retraso en el lenguaje de los niños pequeños sobre las interacciones con los compañeros, b) las contribuciones de los compañeros al aprendizaje y utilización del lenguaje de los niños, y c) los rasgos críticos que han de tener los ambientes escolares para favorecer el desarrollo de su lenguaje.
Comentario
En general, los niños que tienen discapacidad intelectual muestran características cognitivas, perceptivas y sociales que ocasionan trastornos, unas veces moderados pero otras veces graves, en el proceso normal de aprendizaje del lenguaje. Las diferencias individuales que surgen ya en las primeras etapas van a conformar de maneras complejas los patrones de las interacciones comunicativas. Diferencias individuales relativamente pequeñas en las capacidades de los niños para acceder y utilizar la información, pueden alterar las experiencias de que disponen en sus respectivos ambientes. ¿Qué pasa en el síndrome de Down?
Ya nuestros lectores han podido constatar, a partir de la observación de una joven madre de una niña de tres años con síndrome de Down, cómo surgen problemas de comunicación en las personas con síndrome de Down que pueden irse arrastrando a lo largo de la vida y que condicionan su interacción con los diversos agentes sociales. De ahí la importancia de afrontar estos problemas desde la primera edad.
Los niños con síndrome de Down son inicialmente más sociales y muestran más interés por la gente que otros niños con otras formas de discapacidad (p. ej., autismo). Aunque muestran retraso en el momento de desarrollar una atención compartida muestran un buen nivel de contacto visual mutuo hacia el final de su primer año, y un nivel más bajo de interés por los objetos y los juguetes. Tienen dificultad para coordinar y compartir su atención entre sus madres y los objetos del ambiente. Incluso inician bien su vocalización. En el segundo y tercer año siguen manteniendo una buena interacción social pero su conducta muestra un grado menor de petición de objetos, si se comparan con niños normales o con otros tipos de deficiencia. Es decir, la ejecución de su capacidad comunicativa no sigue a la par que su capacidad de atender a la interacción social. Si su habilidad cognitiva es baja, si su nivel de atención por los objetos está reducido y no se esfuerzan en pedirlos, eso a la larga contribuye a que se produzca un retraso en la capacidad para expresar lenguaje
¿Qué debemos hacer los adultos? Aprovechar las múltiples ocasiones de que disponemos para llamarles la atención sobre los objetos, haciendo de modelo para nombrarlos, manipularlos, caracterizarlos, hablar sobre ellos, describir sus funciones.
Es, pues, importante que en los programas de intervención temprana para niños con síndrome de Down se insista en que se impliquen en la utilización de objetos dentro del juego social, y que los cuidadores utilicen cualquier oportunidad para hacer de modelo, enseñando a hacerlo a los padres y hermanos que son los que más oportunidades de convivencia van a tener durante esos primeros años. Es recomendable en este tema el libro de Josefina Sanchez: "Jugando y aprendiendo juntos: un modelo de intervención didáctico para favorecer el desarrollo de los niños y niñas con síndrome de Down", Editorial Aljibe, Archidona (Málaga) 1996. Saber dirigir la atención hacia el ambiente físico y su rico contenido va a ser un método excelente para ampliar el aprendizaje del lenguaje.
Esto hay que hacerlo sin agobios, sin ansiedades, con constancia, con perseverancia, con talante positivo. Y no sólo en los dos o tres primeros años: es una tarea que ha de ocupar una larga etapa.
Canal Down21