Entrevista: Lucía Bravo

Lucía Bravo (Toledo, España) tiene 26 años. Es protagonista del anuncio de la Obra Social de Cajamadrid. Salió de un casting de más de 150 chicos de toda España. Tapsa, la agencia creadora del spot “We will rock you”, la eligió por ser la mejor en las pruebas vocales, tener más fuerza y actitud, y dar muy bien en cámara. Artista por derecho, sin recomendaciones.

La siguiente entrevista fue realizada por Virginia Ródenas, y publicada en el diario ABC de Madrid, el 7 de diciembre de 2008.

Mira tan fijamente que te hace sentir desnuda. Más aún si, como ha ocurrido, me adelanto a la cita y el aviso le hace perder parte de la clase de Informática. Mal comienzo ante la estrella más brillante de la tele.

 – Perdone que haya llegado antes...

– Habíamos quedado media hora después. Qué le vamos a hacer... Es que tengo muchas clases y no me gusta faltar.

 – Lo siento, de verdad.

– Un compañero me deja los apuntes.

 – ¿Y qué estudia de Informática?

– Microsoft, Power Point. Antes, Internet.

 – ¿Para qué estudia eso?

– Para aprender. Tengo un ordenador en mi trabajo y otro en mi casa y lo quiero saber manejar para enseñara a mi madre. Además hay que saber de todo.

 – Me ha dicho su madre que nada la detiene, que incluso bien pequeña perdió el autobús y se fue andando por la carretera...

– (Se ríe). De eso no voy a contar nada.

 – Su madre, a pesar de sus miedos, siempre dejó que fuera libre para hacerla fuerte.

– Pues sí. Mi madre me quiere y quiere que aprenda mucho. Me compra ropa... Yo la quiero mucho. Es valiente.

 – Baila usted divinamente. ¿Tomó clases?

– Qué va, eso me sale así. Desde pequeña me gusta bailar y cantar, y en la ducha me pongo la música a todo trapo y empiezo a cantar y a cantar. La voz me sale porque me muevo mucho. En el anuncio lo hago bien porque ya estaba que no podía más. Son muchas tomas, 28 horas de ensayo, 14 de rodaje y 7 o así de grabación.

– Por las mañanas tiene un trabajo «serio».

– En la Delegación de Industria, Energía y Medio Ambiente de Toledo. Me encargo de la entrada de documentos y su reparto a todos los servicios, hago las minutas de lo que recepciono y también distribuyo el correo interno que viene de otras consejerías. Me mandan hacer fotocopias. Antes de estar aquí aprendí en un taller. Luego hice oposiciones y el primer examen lo aprobé con un 25, pero el segundo no, y eso quiere decir que no soy funcionaria, sino ordenanza contratada por una empresa de la Asociación Síndrome de Down. Y salgo a la una.

 – Y ¿qué es tener síndrome de Down?

– Es muy difícil de explicar...

 – En el anuncio dicen que pueden hacerlo como los demás y que lo van a conseguir.

– Claro, y que nada nos detendrá, que miren bien los que no saben mirar...

 – ¿Y qué hay que ver?

– Que hay algunas personas que van en silla de ruedas, si las ayudamos lo pueden hacer como nosotros. Aquí en el piso también hay un chico que necesita ayuda, de una monitora o de un compañero, y si le ayudamos lo hará. Te voy a dar otro ejemplo: María Jesús, otra chica del piso, tiene que ducharse con una monitora porque no sabe hacerlo sola, pero aprenderá, aunque le cuesta mucho. Yo también la ayudo a que aprenda a poner la mesa, a cocinar... A mí me enseñaron.

 – ¿Y tiene paciencia?

– A veces me pongo nerviosa. Ellos me hacen bromas... Pero me controlo.

 – Eso es fuerza de voluntad. ¿Se propone muchas cosas?

– Moverme como Shakira. ¡No sé lo que hace con la tripa! Parece imposible, pero lo intento y lo haré. Quiero ser bailarina, cantante... .

 – ¿Y presidenta del Gobierno?

– No te pases...

 – Si mandara, ¿qué haría?

– Crear más plazas en pisos como el mío para que puedan aprender más chicos. Es lo más importante.

 – Pablo Pineda ha estudiado una carrera. ¿Querría ir a la Universidad?

– Conozco a Pablo y para eso hay que estudiar mucho y yo prefiero hacer otras cosas. Tanto estudiar... ¡me quedo bizca!

 – ¿Otro interés fuera de la Universidad?

– Aprender a dar masajes. Pero antes tengo que acabar Informática.

 – ¿Qué le da miedo?

– Una cosa, pero no te la digo porque son cosas mías.

 – ¿Qué le hace feliz?

– Llegar a mi trabajo y hacerlo con mucha energía.

 – ¿Qué le preocupa?

– Perder mi trabajo.

 – ¿Sale de marcha?

– Los sábados, en mi pueblo.

 – ¿Tiene novio?

– De mi vida privada no hablo.