Colesterol y enfermedad de Alzheimer en el síndrome de Down
Nivel de colesterol, utilización de estatinas y enfermedad de Alzheimer en adultos con síndrome de Down
W.B. Zigman, N. Schupf, E.C. Jenkins, T.K. Urv, B. Tycko, W. Silverman
Neuroscience Letters, 416: 279-284, 2007
RESUMEN
Introducción y objetivos
Virtualmente todos los adultos con síndrome de Down de más de 35 años presentan en su cerebro una patología que coincide con la de la enfermedad de Alzheimer, y buena parte de ellos desarrollarán demencia. Ésta suele aparecer a partir de los 50 años, en general lo hace unos 20 años antes que en el resto de la población, si bien la edad exacta de aparición es muy variable de un individuo a otro. Los adultos con síndrome de Down tienen una concentración más alta de la proteína beta amiloide en su sistema nervioso. La relación entre la aparición de la EA y los niveles de colesterol resulta discutible, pero hay autores que consideran que la elevación de colesterol es un factor de riesgo para la aparición de enfermedad de Alzheimer. ¿Lo es en el síndrome de Down?
Métodos
El estudio se realizó en 123 adultos con síndrome de Down, que no tenían demencia, de edades comprendidas entre 41,4 y 78,1 años en el inicio del estudio. Las personas fueron sometidas a pruebas diagnósticas secuenciales hasta 5 veces, entre mayo de 1998 y abril de 2006. La media del período de seguimiento fue de 5,5 años para toda la muestra; 5,1 años para los que desarrollaron demencia a lo largo del periodo de estudio y 5,6 años para los que no la desarrollaron. En las evaluaciones se valoraron las conductas adaptativas y maladaptativas, se revisó toda la medicación que se les había administrado y las exploraciones médicos, evaluaciones que se hicieron a intervalos que oscilaron entre 14 y 21 meses. Se analizó la conducta maladaptativa para obtener información sobre el desarrollo de depresión, psicosis o cualquier otro signo que pudiera imitar o estar asociado a los de la demencia. Se evaluó la capacidad cognitiva mediante una batería de pruebas que cubría un amplio espectro de discapacidad intelectual.
El diagnóstico de demencia se determinó en reuniones de grupo a partir de los datos recogidos. Se consideró que había demencia si el paciente presentaba una historia de pérdida progresiva de memoria, desorientación y declive funcional a lo largo del período de al menos 1 año, y si no existía otra patología psiquiátrica o médica que ocasionara o imitara a la demencia. Se fueron obteniendo niveles de colesterol con independencia de las evaluaciones psiquiátricas. Se establecieron los siguientes rangos de colesterol: < 200 mg/dL (deseables), 200-239 mg/dL (límite altos), y ≥ 240 mg/dL (altos). Se tomaron muestras de sangre para determinar el cariotipo y el genotipo de APOE, para ver si presentaban el alelo APOE ε4. Se calculó el índice de masa corporal.
Resultados
Los participantes que tenían niveles mayores de colesterol mostraron un riesgo específico de la edad para desarrollar demencia que fue significativamente mayor que los participantes con colesterol normal. Controlando la edad de comienzo, los participantes con colesterol alto mostraron una probabilidad de más del doble para desarrollar EA en el curso del estudio que los participantes con niveles normales de colesterol.
En los pacientes con colesterol normal, el uso de estatinas no guardó relación alguna con el riesgo de demencia. Sin embargo, en los que tenían colesterol alto, el uso de estatinas fue asociado con un riesgo menor de demencia. Concretamente, los que usaron estatinas mostraron una probabilidad del 40%inferior a la de quienes no tomaban estatinas. Las estatinas utilizadas fueron diversas: atorvastatina, simvastatina, lovastatina, fluvastatina. Dado el escaso número de la muestra no se pudo valorar diferencia significativa entre ellas.
COMENTARIO
La relación significativa entre los niveles de colesterol y el riesgo de enfermedad de Alzheimer, incluso dentro de un grupo como son los adultos con síndrome de Down que tienen una fuerte carga de beta amiloide en su sistema nervioso, indica con claridad la importancia que tiene el colesterol y su metabolismo como factor de riesgo de enfermedad de Alzheimer en esta población. Es algo a tener muy en cuenta a la hora de realizar el seguimiento de la salud de las personas adultas con síndrome de Down.
Es digno de tenerse en cuenta el aparente valor positivo de la utilización de estatinas como factor protector, algo que ya sugieren algunos estudios de casos aislados en la población general, si bien no se han podido confirmar en estudios prospectivos a mayor escala. Pero la utilidad de las estatinas puede ser que se deba no sólo a su capacidad para reducir las cifras de colesterol sino a otras acciones que también presentan: acciones antioxidantes, acciones antiinflamatorias, e incluso una cierta capacidad para inhibir la precipitación y producción de depósitos de beta amiloide, característicos de la enfermedad de Alzheimer.
En cualquier caso, el estudio abre una puerta para prevenir o retrasar la aparición de la demencia tipo Alzheimer en la población con síndrome de Down, y justifica la realización de ensayos clínicos a mayor escala para comprobar si las estatinas, realmente, pueden tener un efecto protector. Dada la muy escasa toxicidad de estos productos, podrían ser fármacos a tener en cuenta en la edad adulta de las personas con síndrome de Down.