Resumen: Habilidades lingüísticas en niños bilingües S.Down

Kay-Raining Bird, P. Cleave, N. Trudeau, E. Thordardottir, A. Sutton, A. Thorpe
American Journal of Speech-Language Pathology, 14: 187-199, 2005

RESUMEN

Planteamiento

Los niños con síndrome de Down tiene déficits cognitivos y lingüísticos que son debidos al trastorno cromosómico propio de la trisomía del cromosoma 21. Éste es el más frecuente de los trastornos cromosómicos que provocan retraso mental. Estos niños tienen particulares problemas en el aprendizaje del lenguaje. Como consecuencia y por lo que se suele comentar, los profesionales recomiendan a menudo que en los ambientes bilingües los niños conSDsean sometidos a un solo idioma. A primera vista, esta recomendación parece lógica. Si el aprendizaje de una lengua es difícil, por extensión el de más de una presentaría más problemas. Sin embargo, hay varios factores que contribuyen a poner en duda esta recomendación. La actual investigación ha destacado los beneficios cognitivos y lingüísticos del multilingüismo (p. ej., Bruck y col., 1997) en niños con desarrollo normal. Además, apenas se dispone de información sobre el impacto de los entornos bilingües sobre el éxito o fracaso del aprendizaje del lenguaje en los niños con SD. Por último, pueden aparecer consecuencias negativas para los niños y sus familias si se limita la influencia lingüística a un solo idioma, en una sociedad que se va haciendo cada vez más diversa. Como ha señalado De Houwer (1999, p. 1), ”El entorno bilingüe es muchas veces una necesidad, no una elección”.

El presente trabajo de investigación es el primer trabajo realizado en niños bilingües con síndrome de Down en el que se lleva a cabo un estudio comparado. Concretamente, compararon las habilidades de 8 niños con síndrome de Down, bilingües en inglés y en una segunda lengua, con las de otros tres grupos: a) niños con síndrome de Down monolingües, b) niños normales bilingües, y c) niños normales monolingües. Todos los niños tenían un nivel de desarrollo parecido y se encontraban en las fases iniciales de desarrollo del lenguaje, es decir, poseían más de 100 palabras en sus vocabularios productivos y una longitud media de enunciados de menos de 3,5.

Las preguntas a las que trataron de dar respuesta fueron las siguientes:

Las habilidades conseguidas en el idioma inglés por parte de niños bilingües con SD ¿difieren de las conseguidas por los otros 3 grupos control?
¿En qué grado los niños bilingües con SD consiguen adquirir un segundo idioma? Y su destreza en este segundo idioma ¿difiere de la conseguida por niños bilingües normales?
¿Con qué variables se correlacionan los valores medidos en la producción de lenguaje en los niños bilingües con síndrome de Down?

Participantes y resultados

Participaron 51 niños que se repartieron en los siguientes cuatro grupos: con SD, 8 eran bilingües (SD-B) y 14 monolingües (SD-M); sin síndrome de Down, 11 eran bilingües (no-SD-B) y 18 monolingües (no-SD-M). Todos tenían una parecida edad mental, y se encontraban en parecida etapa del desarrollo del lenguaje, con un mínimo de 100 palabras de vocabulario y una longitud de enunciado media de 3,5 o menos. Todos los monolingües provenían de Nueva Escocia y en casa hablaban inglés. Todos los bilingües provenían de Montreal y habían recibido intensa, constante y prolongada formación lingüística tanto en francés como en inglés. La mayoría de los bilingües usaban el francés como segunda lengua. El estudio trataba de comparar específicamente las habilidades conseguidas en el idioma inglés por parte de los niños SD-B, frente a las conseguidas por los monolingües (SD-M y no-SD-M) y por los no-SD-B.

Como era de esperar, los no-SD-B tenían mejor capacidad expresiva que los SD tanto M como B. Igualmente, los dos grupos no-SD la tenían mejor que el grupo SD-M en todos los tests de inglés realizados. Es decir, se confirmó el perfil lingüístico general que muestra que la capacidad expresiva de los niños con SD monolingües es inferior a la de los que no tienen síndrome de Down; y esto se extiende a la de los bilingües: la capacidad expresiva de los SD-B en el primer idioma (en este caso el inglés) fue inferior a la de los no-SD-B. Lo mismo sucedió con las dificultades morfosintácticas del segundo idioma de los SD-B, que fueron mayores a las de los no-SD-B.

En cuanto a la comparación entre los dos grupos con síndrome de Down (M y B), ambos mostraron similar capacidad de lenguaje inglés en cada una de las medidas realizadas. Esto permite concluir que el bilingüismo no perjudicó el desarrollo de la lengua dominante, al menos cuando se trabajan ambos idiomas de forma intensa y constante. No se puede decir que el bilingüismo supusiera una ventaja, aunque los SD-M mostraron puntuaciones más dispares en las distintas medidas del lenguaje que los SD-B.

Ambos grupos bilingües (con y sin SD) mostraron su mayor habilidad lingüística en la primera lengua, el inglés. Ambos grupos fueron similares en vocabulario, aunque los no-SD-B obtuvieron mayor puntuación que los SD-B en la longitud media de enunciados. Los niños SD-B habían conseguido desarrollar habilidades para las dos lenguas, si bien es cierto que hubo mayor dispersión entre ellos respecto a las habilidades para la segunda: algunos mostraron buen desarrollo pero otros lo tenían escaso. Pero al menos, la exposición a la segunda lengua no perjudicó el desarrollo de la primera. Esto significa que no todos los niños con síndrome de Down consiguen alcanzar de modo igual el bilingüismo. La causa para ello puede ser, en parte, la edad mental que el niño haya desarrollado; pero parece que hay otros factores como son el grado de vocabulario adquirido previamente.

Conclusión

El estudio confirma la existencia de dificultades de lenguaje en los niños con SD, pero no aprecia perjuicio alguno por el hecho de que estén sometidos a la enseñanza del bilingüismo. Los niños con síndrome de Down pueden conseguir el dominio de ambas lenguas, y los bilingües utilizan su lengua dominante (que en este caso fue el inglés) tan bien como los monolingües, para un mismo nivel de desarrollo.

COMENTARIOS

El presente trabajo confirma con una gran profusión de datos y tests objetivos lo que ya se venía apreciando en regiones en las que el bilingüismo forma parte de la cultura general, como es en España el caso de Cataluña, País Vasco y Galicia. El bilingüismo per se no reduce la capacidad para dominar el primer idioma por parte de los niños con síndrome de Down. Nótese que una de las condiciones de este trabajo es que los niños, aunque criados en un primer idioma, recibían formación constante y mantenida también en el segundo. Pero en la calidad de ejecución de este segundo, aparece una mayor variabilidad que en el grupo que no tenía SD. Y ahí, el nivel mental puede tener importancia.

La exposición a los dos idiomas, pues, no dificulta la adquisición del que puede ser primer idioma, aunque los ritmos pueden ser algo más lentos según sea el grado de exposición a cada uno. En la práctica, lo más frecuente en ambientes bilingües es que uno sea el idioma de la familia y otro el de la escuela. No se debe tener miedo porque la experiencia va indicando que los niños con síndrome de Down van incorporando ambos idiomas de manera simultánea, e incluso diferencian cuándo han de emplear uno u otro. Pero no se debe olvidar el desajuste que normalmente muestran entre la adquisición del lenguaje comprensivo y el expresivo: es mucho más rico y aparece mucho antes el primero que el segundo.

Hemos de diferenciar, por otra parte, lo que es lenguaje y lo que es alfabetización o capacidad para leer y escribir. La alfabetización es un problema añadido. Por eso, elegir en qué lengua se va a realizar su aprendizaje no siempre es fácil y deberá ser considerado en función del conjunto de circunstancias que rodean al niño: cuál es su primer idioma, en qué idioma se mueve mejor, en qué ambiente va a vivir (es decir, cuál es el idioma que con más probabilidad va a tener que leer y escribir más frecuentemente, cuál le va a ser más útil). Y eso con independencia de cuál sea el sistema de alfabetización regular que se emplee en la escuela. La decisión de la familia habrá de ser prioritaria.

En lo que se refiere al contexto español señalamos dos trabajos. No son propiamente de investigación pero están escritos por personas con experiencia, y sus reflexiones y consejos deben ser tenidos en cuenta. El primero de ellos está relacionado con el aprendizaje del catalán y el segundo con el del vascuence.

  1. Gràcia, M. El niño con SD en contexto bilingüe: implicaciones para la escuela y la familia. Revista Síndrome de Down, 16: 98-107, 1999.
  2. Escaño, L. Bilingüismo y discapacidad intelectual. Boletín Fundación Síndrome Down del País Vasco, vol. 10, junio, p. 15-24, 2002.