Entrevista: Enrique Galván

 

Entrevista a Enrique Galván

Nota. Desde el pasado octubre, Enrique Galván es el nuevo director de Plena Inclusión Madrid, la Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual. Esta entrevista fue publicada en la revista VOCES (septiembre/octubre 2010), órgano oficial lena Inclusión Madrid, y fue realizada por el director de la revista, D. Javier López Iglesias.

En la música ha encontrado un refugio y en la opera una pasión este experto en educación especial y psicólogo que confiesa, no sin cierto rubor, que tiene un clarinete que a ratos aporrea, "aunque desgraciadamente cada vez tengo menos oportunidad de hacerla".

El mar es otra de sus debilidades, "soy submarinista", afirma con un algo de orgullo. No es difícil deducir al escucharle que en el sosiego de la música y en el silencio del mundo submarino tiene este hombre de aspecto tranquilo unos firmes aliados, acaso como contrapunto a la actividad notable de quien se declara firmemente comprometido con el mundo de la discapacidad intelectual, "un lugar, como afirma a lo largo de la presente entrevista, en el que desde muy pronto comprendí que podía participar, aportar algo y recibir mucho".

Hablar de discapacidad intelectual es...

Es fundamentalmente hablar de apoyos y oportunidades.

¿Cómo llega Enrique Galván al sector de la discapacidad?

A través del voluntariado. Llego de voluntario. Formo parte de una serie de chavales jóvenes que se acercan a una realidad y cuando van conociendo esa realidad que hasta entonces les era ajena disfrutan con ella y con las personas que de ella forman parte, con las actividades que realizan y con sus planes. Además comienzas a profundizar en la relación con personas que tienen una característica más que hasta entonces para nosotros nos era desconocida; totalmente desconocida.

            Nosotros queríamos aprender, vivir experiencias, conocer... y tuvimos la oportunidad de hacerla y vivirlo.

            En mi caso concreto empiezo pronto y desde una relación de normalidad y de vitalidad.

¿Por alguna razón vehiculas tu labor como voluntario hacia la discapacidad intelectual?

Por pura casualidad. Una actividad del colegio que se focalizó hacia ese ámbito por el hecho de que un voluntario con mayor experiencia acudió a un centro y pidió personas para colaborar en una serie de actividades relacionadas con personas con discapacidad intelectual. La vida me abrió esa puerta de modo accidental y de aquel: "bueno, voy a ver qué es eso", ha derivado todo lo demás.

¿En qué momento te das cuenta que este es tu sector; que este es tu terreno?

Pronto. La verdad es que muy pronto porque es una confirmación que se va reconfirmando. Primero porque el voluntariado me integra en un mundo que me despierta un interés grande y comienzo a formarme en ese ámbito. Eso hace que empiece a tener contacto con organizaciones, como la Fundación Gil Gayarre. Surgen las primeras colaboraciones, las primeras prácticas, suscribo los primeros contratos para limpiar y vaciar la piscina, como cuidador en una residencia, para duchar a las personas, para pasear con ellas. Ellas me cuentan sus cosas, sus historias y yo les cuento las mías. De esta forma me voy dando cuenta de que este es un ámbito en el que puedo ser útil. Un camino que me va confirmando que este es un lugar en el que yo puedo participar, en el que puedo aportar algo y, al tiempo, recibir mucho. Así lo he sentido y así lo sigo sintiendo.

Y de pronto, Plena Inclusión Madrid...

Bueno, de pronto pero poco a poco. Plena Inclusión Madrid es para mí una ilusión y un reto. Este de pronto Plena Inclusión Madrid tiene que ver mucho con 'Toledo l0'. Plena Inclusión Madrid me ha permitido ver una realidad más amplia, formarme como profesional, y trabajar con gente en red. Esa es una virtud esencial que propone nuestra organización a todos y cada uno de los que en ella participamos. Una ventaja que no tienen muchas organizaciones y la nuestra la tiene. Eso permite el enriquecimiento de las personas de una forma muy clara y ver la potencia que encerramos todos juntos. Esta realidad esta ahí con todo su potencial, me doy cuenta de toda su dimensión, especialmente después de 'Toledo 10', y la asumo como un reto que sin duda es apasionante.

Si cotejamos la situación que conociste cuando te incorporaste al sector y la que hoy encuentras ves cambios substanciales, ¿a qué conclusiones llegas?

Observo una concepción de la persona con discapacidad intelectual incluida en la sociedad que comienza a tener mayor relevancia y mayor presencia social. Además, comienzan a valorarnos otros entornos como un lugar rico, de oportunidades y que aporta y en el que se van alcanzando retos importantes. Esto supone un cambio notable pues venimos de no pocas situaciones marcadas por miedos, por distancia y por falta de comprensión. Creo que aunque tendemos a pensar que no se ha hecho bastante, la realidad nos demuestra que, quedando muchísimo por recorrer, realmente hemos andado y hemos progresado mucho.

¿Cómo ves en el momento actual el papel del voluntariado?

El voluntariado es como un enchufe a la sociedad. El voluntariado es una entrada para encontrarnos con el mundo, con la realidad. Un valor muy grande. El problema es que muchas todavía tenemos el modelo mental de que nuestro trabajo está muy centrado en el ámbito de los problemas y el voluntariado forma parte de las soluciones. Si sabemos ver que el voluntariado es un camino hacia la solución nos va a ser más fácil comprender y comprobar todo su peso, que están, que son constantes. En ese cambio de mentalidad va a cambiar, tiene que cambiar, el papel del voluntariado que, insisto, es clave.

¿Y los profesionales?

Una gran potencia. Una gran capacidad. Un desarrollo enorme en estos últimos diez años. Tenemos en ellos una fuerza de compromiso, de preparación y de capacidad tremendos. Como consecuencia de esta realidad, es muy grande la responsabilidad que para con ellos tenemos desde Plena Inclusión Madrid.

¿Y las familias?

Las familias son un motor. Son también una preocupación para Plena Inclusión Madrid. Y una gran responsabilidad pues como hemos visto en 'Toledo 10' y en otros foros, no estamos siendo capaces de llegar a ellos como debiéramos. No estamos llegando, siendo capaces de trasmitirles todas aquellas cosas que pueden mejorar su calidad de de vida. Además emergen problemas a los que tenemos que ser capaces de dar respuesta, como por ejemplo el envejecimiento de las familias. Nuestra misión es la persona y su familia y tenemos que ser capaces de afrontar estas dificultades nuevas, estos nuevos retos. En este sentido todo el tema de la dependencia es una oportunidad, pero también una amenaza, como es el asistencialismo. Lo que nos ofrecen es encajarnos otra vez en unos catálogos, en unos modelos que no tienen que ver con lo que nosotros queremos para nuestra vida y para la vida de nuestras personas y de nuestras familias.

¿Y la persona con discapacidad intelectual?

Es el núcleo de nuestro sistema. La persona con discapacidad tiene tanto que decir que lo vamos a tener que ir descubriendo. No tenemos capacidad de ver lo que son capaces de decirnos.

¿Cuáles serían las asignaturas pendientes en relación con las personas con discapacidad intelectual?

Tres grandes objetivos: los derechos de las personas. Que sean aceptados como ciudadanos de pleno derecho. En segundo lugar y en relación con los derechos, el camino hacia la inclusión. Abrir las puertas, ahí tenemos que ser audaces, arriesgados, innovadores y arrinconar nuestras propias barreras.  Y como tercer gran elemento, llegar a las familias. Que las familias perciban que nuestro apoyo y nuestra ayuda son esenciales y que responden a sus necesidades.

Por último, ¿qué ves si miras hacia Plena Inclusión Madrid?

En primer lugar querría significar la labor de las personas que nos han precedido. Aquellos que nos dejan el testigo y cuyo esfuerzo hace posible que hoy podamos afrontar los retos pendientes.

En Plena Inclusión Madrid veo mucha gente en torno a, junto a, un gran proyecto. Me gustaría ver la realidad de ese proyecto. Hay una buena sintonía y creo que estamos en la buena dirección. Hay una buena comunión y consenso en elementos básicos de lo que tiene que ser, de lo que queremos alcanzar. Pero queda un camino difícil pues nuestra forma de pensar, nuestras estructuras, nuestros hábitos, nuestras organizaciones se han construido desde otro modelo, desde otro pensamiento, desde otros valores.

Está muy bien coincidir en lo que queremos. Pero nos queda por llevar a cabo la transformación de esa realidad juntos que va a ser, es y será un camino donde tenemos que poner mucho de nuestra parte y la transformación de ese modelo va a exigir mucho esfuerzo por parte de todos, un esfuerzo que también pasa por nuestra propia transformación.