Editorial: ¿Preocuparse u ocuparse?

 ¿Preocuparse u ocuparse? 

El término «preocupación» tiene en español un matiz eminentemente inquietante, algo nos perturba, nos hace temer, nos provoca ansiedad. El caso es que –etimológicamente– no debía ser así: algo preocupante es, o debería ser, algo que simplemente nos avisa –por eso es «pre»– de algo de lo que nos habremos de ocupar.

Nos gustaría que este auténtico y primigenio sentido etimológico guiara, en primer lugar nuestras actitudes en relación con el síndrome de Down y, después, nuestra línea de conducta. Es decir, que superada nuestra preocupación por nuestros hijos, alumnos o amigos, invirtiéramos los reales tiempo y esfuerzo en ocuparnos de ellos con inteligencia y sensatez. Para hacer realidad, en la medida de lo posible, nuestros sueños, nuestros retos, nuestras ilusiones y nuestras esperanzas.

Si descubrimos lo que nos ocupa, lo que da sentido a sus vidas, entonces todo lo que nos podría preocupar nos ocupará. Pero la real, concreta y creativa ocupación exige por nuestra parte conocimiento, estudio, trabajo, deberes: esas van a ser nuestras reales ocupaciones. Porque, no en vano, una ocupación cabal exige conocimiento, habilidad, fortaleza, intuición, convencimiento y amor. Conocimiento significa estudio; habilidad significa capacidad para convertir lo posible en real; fortaleza significa constancia y decisión para resistir; intuición significa anticipación creativa; convencimiento significa seguridad en las capacidades propias y ajenas; y amor significa entrega incondicional.

Este elenco de cualidades por parte de los padres y educadores ha sido decisivo para llevar a cabo la revolución pacífica a la que asistimos en el mundo de la discapacidad intelectual, en general, y del síndrome de Down, en particular. Son las cualidades que convierten toda posible preocupación en ocupación real.

 

Comentarios  

+1 #16 Preocuparse u ocuparseGuest 24-05-2012 17:22
Soy médico de una institución de infantes con necesidades educativas especiales entre ellos Síndrome Down, el artículo me llamó mucho la atención porque como profesional médico me preocupo de todas las enfermedades asociadas como las cardiopatías congénitas,los procesos respitatorios,a lergia, trastornos digestivos etc; pero ahora quisiera ocuparme mucho más junto con los profesionales pedagógicos y los maestros de su verdadera integración familiar y social. Aunque he realizado algunas investigaciones acerca de la sexualidad, prevención del maltrato infantil en ni;os con Síndrome down y el control del sobrepeso y la obesidad a partir del trabajo con la familia, considero debemos apoyarlas más y ocuparnos todos por el futuro de estas personas. Gracias por el editorial
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