Editorial: De la paciencia a la perseverancia
De la paciencia a la perseverancia
El pasado mes hablamos de la paciencia, pero de una paciencia activa; es decir: “laboriosa, diligente, dinámica, entusiasta”. Son los atributos de lo que calificamos como perseverancia: esa otra gran virtud-cualidad-valor que brota de la poderosa semilla que es la esperanza.
Porque, si es cierto que será nuestro hijo quien ha de marcar el paso, no lo es menos que la realidad confirmada por la experiencia nos abre las puertas de un inmenso horizonte de las posibilidades siempre abiertas para los nuevos avances y progresos.
Nos movemos constantemente en la necesidad de mantener el equilibrio entre lo real y lo posible. Pero una nota distintiva de la buena acción educativa es precisamente el desarrollo de la capacidad para convertir lo posible en real. Eso significa que nos esforzamos por mantener nuestro convencimiento, es decir, nuestra seguridad en las capacidades de nuestro hijo y en las nuestras propias. Sólo desde la confianza y la esperanza se posibilitan modos de relación y horizontes que por un lado dan sentido a lo que se emprende y, por otro, lo estimulan constantemente.
La esperanza, como fundamento de nuestra perseverancia, brota de nuestro corazón iluminado por la luz de nuestra inteligencia. Es el corazón quien une la idea con la relación, el tiempo con el espacio, la vida con las dificultades. El corazón ha sido siempre el núcleo constitutivo que hizo posible la revolución silenciosa gracias a la cual las personas con síndrome de Down empezaron a desarrollar y mostrar todas sus enterradas capacidades.
Corazón → Esperanza → Perseverancia → Entrega incondicional
Tal es el camino que marca el discurrir de nuestras vidas, de nuestra misión. Una misión que —no lo ocultamos— no está exenta de temores y de recelos y de miedos. Frente a ellos habremos de cultivar permanentemente en nuestro interior los frutos irrenunciables del coraje, la constancia y la confianza.
Comentarios
Con muchísima puntualidad, una vez más nos regalan ustedes un nuevo número de la revista virtual.
Les escribo para darles las gracias por su ingente trabajo, que tanto nos enriquece.
Aquí tenemos a nuestra disposición las revistas, con sus alentadores editoriales, con sus esclarecedores e interesantes artículos, con todo su rico contenido, para consultarlas cómodamente en esta biblioteca que ustedes están creando y aumentando siempre para nosotros.
Y ahora, además, nos han regalado una biblioteca audiovisual, con los estupendos vídeos que han añadido en este bendito portal.
Gracias, muchas gracias siempre por todo.