Artículo Profesional: Elementos Precursores IV
ANTES DE EMITIR LA PRIMERA PALABRA: ELEMENTOS PRECURSORES DEL LENGUAJE
Parte IV y última
Libby Kumin
HABILIDADES PREVIAS QUE SON ESENCIALES PARA EL LENGUAJE
De las habilidades señaladas y explicadas en artículos anteriores, pasamos ahora a analizar las habilidades prelingüisticas (nº 7)
1. Habilidades de atención,
2. Habilidades visuales,
3. Habilidades auditivas,
4. Habilidades táctiles,
5. Habilidades imitativas,
6. Habilidades cognitivas (permanencia del objeto, causa y efecto, utilizar medios para conseguir un objetivo, conocimiento referencial), y
7. Habilidades prelingüísticas.
HABILIDADES PREVIAS AL HABLA
Como analizamos anteriormente, el habla hace uso de las mismas estructuras y de los mismos movimientos que se utilizan para respirar y para comer. No existe ninguna estructura corporal que se utilice exclusivamente para hablar. Por lo tanto, a través de la alimentación, de la respiración y de los ejercicios motores orales, para los que se utilizan bocinas, pajitas y pompas de jabón, podemos practicar muchos de los movimientos que después nos serán necesarios para el habla. Esto también significa que puedes ir trabajando en los movimientos que serán necesarios para hablar, antes de que tu hijo sepa hablar.
Previamente, en artículos anteriores,, tratamos sobre algunas de las habilidades previas al habla. Por ejemplo, las habilidades táctiles y las habilidades de imitación motora ayudan a abonar el terreno para las habilidades del habla. Otras funciones esenciales para el habla incluyen las habilidades respiratorias, las habilidades motoras orales, la producción de sonidos y las habilidades de imitación vocal y del habla, que vamos a abordar a continuación.
Habilidades respiratorias
Cuando respiramos para mantenernos vivos, inhalamos (inspiramos) y exhalamos (espiramos) más o menos en la misma cantidad de tiempo. Pero cuando respiramos para hablar, inhalamos brevemente, con el fin de tener el suficiente aire para hablar, y después necesitamos hacer una exhalación prolongada, para que nos dé la fuerza para hablar.
Por medio de la práctica y de los juegos vocales, puedes ir ayudando a tu bebé o a tu niño pequeño a aprender a prolongar la fase de exhalación de la respiración. El llanto genera exhalación, y desarrolla la temprana emisión de sonidos. Actúa desde temprano como modelo, cogiendo a tu hijo de forma que él pueda ver tu cara, y entonces haz sonidos como “ah”, o suspira. Al principio, tu bebé puede reír o sonreír y pensar que los sonidos y las muecas son divertidos.
Cuando tu bebé comience a balbucear, imita los sonidos que él emite y después varíalos. Por ejemplo, cuando él diga “ah”, puedes decir tú “ah” cinco veces seguidas, o decir “ah” primero en un tono alto y luego en un tono bajo, puedes cantar con el sonido “ah” subiendo y bajando en la escala tonal, o prolongar el sonido “ah”.
Esta práctica sirve para varias finalidades. En primer lugar, ayuda a tu bebé a aprender a prestar atención a los sonidos. En segundo lugar, le ayuda a prolongar el tiempo de su atención, ya que tú estarás haciendo sonidos interesantes que a él le gusta oír. Y, en tercer lugar, cuando tu bebé esté listo, empezará a practicar emitiendo sonidos y jugando con los sonidos. Tú podrás proporcionarle el refuerzo y la estimulación que le animarán a practicar y, posteriormente, a aprender cómo prolongar la exhalación para conseguir las condiciones necesarias para el habla, y cómo emitir sonidos mientras exhalamos.
Cuando tu bebé emita sonidos, imita esos sonidos. Repítelos, de forma que actúes como un eco para sus propios sonidos. Cuando él esté jugando contigo imitando los sonidos que tú haces, y se establezca un buen flujo de ida y vuelta (esta actividad también es buena para la práctica del cambio de turnos), repite el sonido, pero haciéndolo más largo.
Durante un periodo de semanas o incluso meses —sé paciente— trata de alargar el tiempo en que tu hijo prolonga y produce un sonido. Estos sonidos pueden ser balbuceos, berridos, chillidos o cualquier otro. Los sonidos pueden ser hablados o cantados. Para los bebés y los niños pequeños, es una buena práctica cantar y convertir los sonidos en música. Pueden ser sonidos parecidos a las vocales, pero no necesariamente sonidos reconocibles del habla. La idea es ayudar a tu hijo a que expanda y amplíe su capacidad de prolongar la exhalación. Esta capacidad será necesaria posteriormente, cuando tu hijo comience a hablar.
Habilidades de alimentación
En el proceso de la alimentación, utilizamos las mismas estructuras y movimientos que usamos para hablar, aunque el control y la dirección neurológicos de la alimentación y del habla sean diferentes. La alimentación le da práctica a tu hijo en sus movimientos y coordinación musculares. Los niños con síndrome de Down pueden tener dificultades con su alimentación, debido a la hipotonía muscular, a la incapacidad para cerrar bien sus labios, a sus dificultades con el control de la mandíbula o de la lengua, y a una sensibilidad táctil incrementada, o hiperrespuesta táctil (Kumin & Bar, 1999, Medlen, 2002). Los logopedas o los terapeutas ocupacionales pueden trabajar con la alimentación de tu hijo, como parte de su programa de intervención temprana. Tal vez hayas de consultar también con un dietista profesional, en el caso de que tu hijo tenga problemas para ingerir la cantidad necesaria de alimentos.
Actividades motoras orales
Es muy frecuente que los bebés y los niños con síndrome de Down tengan un bajo tono muscular (hipotonía) y una musculatura débil en los labios, la lengua y el paladar. De hecho, muchos de los problemas de inteligibilidad del habla de los niños con síndrome de Down se deben a su bajo tono muscular. Muchos logopedas sostienen que ayudando al niño a mejorar su fuerza muscular y su control muscular en estas zonas, puede ayudar en la articulación e inteligibilidad del habla futuras.
El término terapia motórica oral describe las actividades que se utilizan para ayudar a mejorar la fuerza muscular, el rango de la movilidad, los movimientos y la coordinación de la boca. Puede hacerse con estimulación y con imitación. En teoría, podría realizarse esta terapia con los dedos, pero los niños pequeños suelen apretar y morder los dedos. Por eso, se han desarrollado instrumentos para estos ejercicios, como los de la firma NUK. Esta firma comercializa un instrumento de goma, del tamaño aproximado de un cepillo de dientes, que tiene protuberancias en uno de sus extremos, en vez de cerdas, y que puede utilizarse para frotar las encías, los cachetes, la lengua y los labios, para acostumbrar al niño a sentir el tacto alrededor de la zona de la boca.
La utilización de un espejo, para que devuelva una imagen visual, es también muy eficaz. A los bebés y a los niños pequeños suele gustarles explorar el uso de las diversas partes de su cuerpo mientras se miran en un espejo. Su curiosidad se ve incitada cuando mueven las manos y contemplan lo que esas manos pueden hacer. A los bebés les resulta más difícil explorar el movimiento de las diversas partes de su cara y de su boca mientras juegan, pero los espejos les permiten mirarse, ver su boca y su cara cuando emiten sonidos. Se ha comprobado que el juego con espejos aumenta la emisión de sonidos de los niños. Observa a tu hijo en el cuarto de baño, donde hay espejos grandes. Date cuenta de lo interesado que se muestra cuando se ve reflejado en el espejo.
Juega con tu hijo, mientras os miráis juntos en el espejo. Haz comentarios sobre lo que veis. “Mira qué bebé tan bonito. Mira tu boca. Voy a darte un beso volado. ¿Dónde está tu lengua? Mírala en el espejo.” Esta actividad mantendrá la atención de tu hijo. Balbucea series de sonidos con tu hijo frente al espejo, usando sonidos consonantes más un sonido vocal: “pupupu”, o “bababa”, por ejemplo. Los más eficaces son los sonidos en cuya pronunciación intervienen los labios (m, p, b), o los sonidos en los que intervienen los labios, la lengua o los dientes cuando su postura resulta fácilmente visible (f, z, d).
Habilidades de emisión de sonidos
El primer sonido que suele hacer la mayoría de los bebés es el del llanto. A medida que el niño va desarrollándose, comenzará a emitir una gama cada vez más amplia de sonidos. La risa, los resoplidos, los balbuceos, los sonidos explosivos, los gritos y las pedorretas son emisiones de sonidos tempranos. Denominamos parloteo o balbuceo a la fase en que el niño comienza a emitir series de sonidos –“babababa”, “mamamama”- .
Al inicio del balbuceo, al niño parece gustarle la sensación de los sonidos, mientras que en el balbuceo posterior, el niño comienza a limitar la emisión de sonidos a los sonidos de su lengua materna. Tú puedes ayudar, alentando el balbuceo, demostrando tu deleite y jugando con la emisión de sonidos de tu hijo (Ver la sección “Imitación vocal” que viene a continuación).
A medida que tu hijo vaya progresando, comenzará a tener lo que sonará como mini-conversaciones, para las que utilizará una especie de jerga. Esto denota comprensión del ritmo y de las inflexiones del lenguaje. Por así decirlo, ya conoce la canción del lenguaje, pero aún le falta aprender la letra (las palabras). También comenzará a imitar palabras y a actuar como el eco. Ésta es la fase final de la etapa de la pre-habla. Eso significa que tu hijo está casi listo para empezar a usar palabras habladas.
Imitación vocal
En los primeros seis meses de su vida, probablemente tu hijo empezará a emitir sonidos y ruidos, además de los del llanto. Por ejemplo, cuando termine de tomar el pecho o el biberón, empezará a gorgotear o a emitir balbuceos o sonidos de satisfacción. Tú puedes reforzar estos sonidos, simplemente imitándolos o repitiéndolos. La combinación de tu alegría con los sonidos de tu bebé, y tu reforzamiento de sus sonidos es algo muy poderoso.
Durante un periodo de tiempo, intenta entablar pequeñas rutinas de conversación con tu hijo cuando él emita sus sonidos, repitiéndolos tú después. A los seis o nueve meses de edad, es probable que tu hijo comience a parlotear –emitiendo series de sonidos, como “dadada”, o “bababa”. Repite las series de sonidos que haga tu hijo. Después, puedes variar tus imitaciones. Por ejemplo, cuando tu hijo diga “bababa” en un tono, tú puedes decir esos mismos sonidos pero en voz muy alta o muy baja. Diviértete haciendo sonidos con tu hijo, y ayúdale a practicar la emisión de sonidos. Esta emisión de sonidos es el inicio del habla.
En el momento en que tu hijo tenga uno o dos años, probablemente ya estará listo para comenzar a imitar sonidos. La imitación de los sonidos ambientales y vocales puede proporcionarle a tu hijo la práctica de hacer movimientos orales, y de coordinar la respiración con los movimientos de los músculos, que le serán necesarios posteriormente para hablar.
Si al principio tu hijo no reacciona a las actividades de imitación del habla, vuelve a trabajar sobre la imitación motora con juguetes y sonidos, como describimos anteriormente en este mismo capítulo. Espera un tiempo, y luego vuelve a intentarlo con la imitación de sonidos. Será tu propio hijo el que te lo hará saber cuándo esté ya dispuesto para la imitación de sonidos, respondiéndote y mostrando su interés.
Actividades en casa
- Relámete los labios y haz sonidos de besos.
- Haz sonidos de llanto.
- Haz sonidos nasales, haciendo que el aire pase a través de tu nariz como si fuera una bocina.
- Haz sonidos de estornudos.
- Haz sonidos de toses.
- Haz sonidos de bostezos.
- Haz sonidos de alegría – parloteando y diciendo “ahhh”.
- Haz sonidos como los ambientales: sonidos del motor de los coches, sonidos de las bocinas pitando, sonidos de los zumbidos de la aspiradora, etc.
- Si tu hijo tiene dificultades para imitar o iniciar la emisión de sonidos, intenta utilizar una “luz sonora”. Se trata de una luz que se activa con el sonido –muchos comercios de artículos eléctricos venden dichas luces, o los materiales para fabricarlas. La luz se encenderá siempre que tu hijo emita un sonido, y permanecerá encendida sólo mientras él siga vocalizando. Para añadirle motivación, puedes usar también juguetes de los que se activan con la voz, y que comenzarán a moverse tan pronto como tu hijo emita un sonido.=
Imitación de los sonidos del habla
Una vez que tu hijo haya empezado a cogerle el truco a la imitación verbal, podrás seguir avanzando hacia la imitación de los sonidos del habla. Debes comenzar practicando sonidos sueltos de los que se utilizan en el habla, e ir progresando gradualmente hacia las palabras reales.
Actividades en casa
- Haz cualquier sonido del habla por separado, y repítelo –por ejemplo, /bababa/lalala/tatata/. (Las barras se usan para indicar los sonidos o las series de sonidos que van juntos. Los logopedas suelen utilizar para este fin barras o corchetes.) Trata de variar los sonidos que vayas utilizando, pero si te percatas de que tu hijo siente especial predilección por el sonido /p/, o el sonido /B/, quédate con ese sonido. Los sonidos más fáciles para empezar son /p/, /b/ y /m/, porque tu hijo puede ver cómo se mueven tus labios para producir esos sonidos.
- Elige cualquier sonido vocal y haz variaciones en el patrón de la entonación –esto es, en la secuencia de tonos o en la melodía de un son. Por ejemplo, di “aaaah” con una inflexión ascendente, y luego con una inflexión descendente, o canta “ajajajaja” con diversos tonos. Haz cambios de turnos, iniciando tú la secuencia a veces, y dejando que otras veces sea tu hijo el que la inicie.
- Pronuncia una palabra familiar, como “mamá”, “papá” o el nombre de un hermano. Si tu hijo imita la palabra, reacciona a lo grande. Recuerda que la imitación será probablemente aproximada, de forma que “abuela” puede ser “abu”. Dale siempre el modelo correcto después de que tu hijo haya imitado la palabra, pero no corrijas su pronunciación en esta fase. Dile “Abuela, dijiste abuela, ¡bien por mi niño!”
¿Qué sucede si a tu hijo le cuesta mucho reproducir los sonidos del habla?
A medida que tu hijo practica los movimientos orales, va estableciendo circuitos de retroalimentación en relación con las sensaciones que producen esos movimientos. También va desarrollando a modo de “plantillas” en su cerebro, que ayudan a que esos movimientos se vuelvan prácticamente automáticos. Esta práctica es útil para todos los niños con síndrome de Down. Si diera la impresión de que a tu hijo le cuesta bastante desarrollar patrones de sonido, ello podría deberse a que está teniendo dificultades para programar los movimientos que son necesarios para el habla. Este problema se conoce como apraxia del habla infantil, la cual no se hará evidente hasta una fase posterior del desarrollo.
CONCLUSIÓN
El periodo anterior a la primera palabra de un niño es un periodo muy activo en el desarrollo del lenguaje. Tu hijo desarrollará habilidades en las áreas de la comunicación, del pre-lenguaje, y de la pre-habla, que le ayudarán a progresar hacia el uso del habla y del lenguaje para comunicarse. Hay muchas actividades en casa que pueden estimular a tu hijo durante este periodo. Es un periodo maravilloso, durante el cual podrás dedicarte a explorar el mundo junto con tu hijo, y a disfrutar de las múltiples oportunidades de aprendizaje que existen a vuestro alrededor.
Traducción del inglés preparada para Canal Down21 por Rosario León Cuyás.