Resumen del Mes: Estado periodontal
Estado periodontal en personas con síndrome de Down en Italia centro-oriental: influencia del sistema de vivienda
Periodontal status in the Down’s syndrome subjects living in central-eastern Italy: the effects of place of living
A. Zizzi, M. Piomentese, R. Gesuita, A. Nori, R.S. Berlin, R. Rocchetti, F. Carle, C. Rubini, S.D. Aspriello
International Journal of Dental Hygiene 2013. DOI: 10.1111/idh.12062.
RESUMEN
Introducción y objetivos
Si se compara con el resto de la población, el síndrome de Down muestra numerosos problemas clínicos odontoestomatológicos que podrían afectar a su aceptación social y calidad de vida. Muestran mayor susceptibilidad a las infecciones y presentan con alta frecuencia una seria patología periodontal (Nicoló et al, 1989). Se han descrito signos de pérdida ósea localizada en la región mandibular ya a edades tan tempranas como los 11 años. También se ha afirmado que, para un mismo grado de acumulación de placa, la inflamación de las encías aparece de forma más rápida y extensa en los niños con síndrome de Down, en comparación con los demás. Parece ser igualmente mayor la prevalencia de patología periodontal avanzada, con tasas que varían entre 60 y 100% en las personas de edad inferior a 30 años y del 65% en mayores de 30 años. Algunos autores informaron una pérdida ósea de hasta 5 mm en el 70% de personas de menos de 24 años. La enfermedad periodontal aparece, pues, con mayor prevalencia en los individuos con síndrome de Down, lo que afecta negativamente y compromete su calidad de vida.
Varios estudios han mostrado que las personas con síndrome de Down institucionalizadas (14-22 años) presentan mayor susceptibilidad a la patología periodontal que el resto de la población, y que la prevalencia es también mayor que en las personas que residen en su casa. Por eso, el objetivo de este estudio ha sido determinar la influencia del lugar de residencia sobre el estado periodontal en 62 personas con síndrome de Down que residían en su casa (RC) o en residencias especializadas (RI) en la zona centro-oriental de Italia.
Material y métodos
Población del estudio
Las personas con SD que participaron en este estudio habían sido recomendadas para consulta orodental en el Departamento de Especialidad Clínica y Ciencia Dental de la Universidad Politécnica de Marche, Ancona, Italia, y la O.U. de Cirugía Odontoestomatológica y Especial, en el Hospital Unido de Ancona, Ancona, Italia, entre los años 2001 y 2011. El proyecto fue aprobado por el Comité de Ética en la Investigación. Se informó a las familias de los implicados sobre los objetivos del estudio y firmaron el consentimiento informado. Los padres de las personas con síndrome de Down participaron en las entrevistas en cada momento de la recogida de datos y rellenaron cuestionarios personales. Los criterios de inclusión en el estudio fueron: (i) buena salud general; (ii) no haber tenido intervención quirúrgica periodontal en los 2 años anteriores; (iii) no haber recibido medicación antibiótica o antiinflamatoria (esteroidea y no esteroidea) en los 6 meses anteriores; (iv) no haber perdido dientes por traumatismo; (v) en los RI, haber permanecido en la institución durante al menos 3 años.
Exámenes clínicos y periodontales
En todos los pacientes, las variables independientes incluyeron varias características clínicas y demográficas: el índice de masa corporal (IMC) mediante medición de talla y peso, el nivel de discapacidad mental y el sitio de residencia. Las madres respondieron a un cuestionario de tres páginas dividido en tres secciones; la primera contenía las variables demográficas: edad, sexo, raza, religión, idiomas hablados y escritos, edad de los padres, educación familiar, estado familiar (ambiente de vida) e historia familiar sobre el síndrome de Down. La segunda sección tenía preguntas dirigidas a evaluar aspectos cualitativos de la vida del individuo: su participación en actividades generales en grupos que implicara la relación con otras personas, tanto en los RC como en los RI, salud en general, modalidades y rutinas de su higiene oral; la tercera se refería a la fuente y percepción de la madre en relación con la calidad de la información dada durante la consulta odontológica.
Para evaluar la situación periodontal, se realizaron las siguientes mediciones en todos los pacientes por uno de los autores, en condición ciega ya que desconocía la forma de vivienda del paciente explorado, mediante una sonda periodontal: (i) índice de placa (IP); índice gingival (IG); (iii) sangrado al sondaje (BOP) de acuerdo con el índice de sangrado en el surco, medido como 0 = ningún sangrado, 1 = sangrado puntual en los 30 seg posteriores, 2 = sangrado inmediato visible; (iv) profundidad de sondaje (PD) medida desde el margen gingival hasta el fondo de la bolsa, con una sonda periodontal calibrada al milímetro más próximo (diámetro de la punta de la sonda: 0,5 mm); (v) nivel de inserción clínica (CAL) medida en mm desde el límite amelo-cementario (CEJ) hasta el fondo de la bolsa; (vi) pérdida de hueso (BL); (vii) número de dientes presentes. La intensidad de la pérdida de hueso periodontal se examinó y categorizó mediante ortopantomografía estandardizada. La extensión de pérdida ósea se estableció por el método de clasificación de Hugoson y Jordan, con el que se mide la distancia entre CEJ y el ápice del diente. Esta medición fue dividida en tres tercios (1/3, 2/3 y >2/3 de la longitud de la raíz), y se usó como escala para valorar la cantidad de pérdida ósea medida desde la cresta del proceso alveolar al CEJ. La pérdida más grave de hueso se utilizó para clasificar el estado de los dientes: P0: 0, ninguna; P1: 1/3, ligera; P2: 2/3moderada; P3: >2/3, grave. CAL, PD, BL y el número de dientes fueron tomados en cuenta para valorar el estado periodontal de los sujetos. En el número de dientes presentes no entraron los terceros molares que fueron excluidos de las mediciones clínicas y radiográficas.
Los cuestionarios fueron analizados por el equipo de psicólogos, y se puntuó el grado de CI como ligero, moderado o grave (tabla 1). El CI se midió mediante las escalas de inteligencia de Wechsler para niños, personas de 5-16 años y mayores de 16 años.
Resultados
La tabla 1 muestra las características clínicas y demográficas de los pacientes de acuerdo con sus condiciones de vida: no se apreciaron diferencias significativas entre los grupos RC y RI al compararlos por sexo, edad y nivel de discapacidad mental. Las personas del grupo RI con 14-22 y >23 años vivían en instituciones especializadas durante al menos 5 años. Sin embargo, las del grupo RC mostraron un IMC significativamente mayor que las del RI (P < 0,01).
Tabla 1. Principales rasgos clínicos de las personas con síndrome de Down
Variable |
Viven en casa |
Viven en institución |
P |
Sexo [n(%)] |
|||
Varón |
14 (31,3) |
16 (38,6) |
0,275 |
Mujer |
27 (68,7) |
25 (61,4) |
0,854 |
Discapacidad intelectual [n(%)] |
|||
Ligera |
16 (38,6) |
14 (31,3) |
|
Moderada |
12 (30,1) |
12 (30,1) |
|
Grave |
14 (31,3) |
15 (33,6) |
|
Índice masa corporal [mediana (percentil 25 – 75)] |
28 (25-30) |
25 (24-28) |
<0,001 |
Edad |
|||
Mediana, percentil (25 – 75) |
19 (13-26) |
20 (12-27) |
0,090 |
Mediana (intervalo) |
19,8 (10-37) |
18,2 (9-35) |
|
A juzgar por las respuestas al cuestionario, la educación de higiene oral recibida por las personas RC y RI fue la misma y consistía en la técnica Bass modificada 3 veces al día con cepillos ‘medium’ cambiados cada 3 meses. Sin embargo, la rutina diaria de las personas RI fue más irregular.
Las tablas 2a y 2b muestran los resultados del análisis periodontal. No se apreciaron diferencias significativas entre los grupos RC y RI en las variables periodontales para las personas del segmento 0 a 13 años. En el segmento 14 a 22 años, las personas del grupo RI se caracterizaron por mostrar niveles mayores del índice de placa, índice gingival, sangrado al sondaje, profundidad de sondaje, nivel de inserción clínica, y menor número de dientes presentes que los pacientes del grupo RC. En el segmento >23 años, no se apreciaron diferencias entre ambos grupos en su estado periodontal excepto en el índice de placa y el número de dientes presentes; había pérdida de hueso en ambos grupos pero las diferencias entre uno y otro no fueron significativas.
Tabla 2a. Resultados clínicos en personas con síndrome de Down: influencia de la edad (de <13 años a 22 años) y del tipo de vivienda
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<13 años |
14-22 años |
||||
Variables [mediana (percentil 25-75)] |
En casa (n = 12) |
En institución (n = 15) |
P |
En casa (n = 14) |
En institución (n = 14) |
P |
Índice de placa |
0,0 |
0,0 |
0,472 |
1,0 (0,8-1,0) |
3,0 (1,0-4,0) |
<0,001 |
Índice gingival |
0,5 (0,3-1,0) |
0,7 (0,2-1,2) |
0.532 |
1,3 (0,8-2,3) |
2,9 (2,2-3,8) |
<0,001 |
Manchado en sondaje |
0,5 (0,4-1,3) |
0,4 (0,2-1,0) |
0,451 |
0,6 (0,2-1,4) |
2,0 (1,8-2,0) |
<0,001 |
Profundidad sondaje (mm) |
2,9 (2,0-4,0) |
3,2 (2,1-4,0) |
0,471 |
3,4 (3,0-4,3) |
5,7 (3,6-5,8) |
<0,001 |
Nivel de adherencia clínica (mm) |
2,8 (2,6-3,5) |
3,0 (3,0-3,4) |
0,425 |
2,8 (2,5-3,8) |
4,7 (3,2-5,5) |
<0,001 |
Pérdida ósea |
0,9 (0,4-1,3) |
1,2 (0,3-1,4) |
0.311 |
1,2 (1,0-2,0) |
2,0 (1,0-2,3) |
<0,031 |
Número de dientes |
25 (23-26) |
24 (24-25) |
0,255 |
22 (20-26) |
19 (16-22) |
<0,001 |
Tabla 2b. Resultados clínicos en personas con síndrome de Down: influencia de la edad (≥23 años) y del tipo de vivienda
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≥23 años |
||
Variables [mediana (percentil 25-75)] |
En casa (n = 15) |
En institución (n = 12) |
P |
Índice de placa |
1,0 (0,6-2,0) |
2,6 (1,0-3,4) |
<0,001 |
Índice gingival |
2,6 (1,3-3,1) |
3,2 (1,6-4,0) |
0.374 |
Manchado en sondaje |
1,5 (1,0-2,0 |
2,0 (1,0-2,0) |
0,318 |
Profundidad sondaje (mm) |
5,5 (3,5-6,1) |
6,2 (4,0-6,8) |
0,446 |
Nivel de adherencia clínica (mm) |
4,5 (4,0-6,0) |
5,0 (4,0-5,0) |
0,271 |
Pérdida ósea |
2,2 (1,8-2,0) |
2,4 (2,0-3,0) |
0,434 |
Número de dientes |
17 (16-20) |
12 (8-14) |
<0,001 |
Los efectos de las variables clínicas y demográficas sobre el estado periodontal tuvieron marcado interés. La edad apareció como elemento predictor de todas las variables dependientes: a mayor edad, mayor fue el número de dientes perdidos y mayores niveles de profundidad de sondaje, adherencia clínica, y pérdida ósea. También se apreció una asociación significativa entre el grado severo de discapacidad intelectual y los mayores niveles de profundidad de sondaje, nivel de inserción clínica, y pérdida ósea. El aumento de IMC también ofreció un aumento del nivel de inserción clínica y menor número de dientes. El sexo y el grado moderado de discapacidad intelectual no mostraron efectos significativos sobre el estado periodontal.
Se concluye que la institucionalización ejerce un efecto negativo sobre la supervivencia dental en las personas con síndrome de Down. Parece que la atención de la higiene en casa beneficia las condiciones periodontales, lo que se manifiesta especialmente en el grupo de edad entre 14 y 22 años.
COMENTARIO
El estudio muestra y confirma importantes datos con consecuencias prácticas. El estado dental de las personas con síndrome de Down debe ser revisado periódicamente, y la higiene mental debe ser incorporada desde la infancia como habilidad habitual para evitar infecciones. La institucionalización puede afectar negativamente al número de dientes supervivientes, señalando la importancia de la influencia de las condiciones de vida sobre el número de dientes. Hay una general coincidencia en que las personas con síndrome de Down institucionalizadas muestran mayor prevalencia de periodontitis, incluso que las institucionalizadas con otros tipos de discapacidad mental. La prevalencia de periodontitis fue significativamente más baja en las personas del grupo RC que del grupo RI. Las personas del grupo RI disponían de una asistencia proporcionada por el personal socio-médico, mientras que las del grupo RC disponían de una estructura familiar de padre, madre, hermanos, a veces abuelos u otros parientes, que trabajando a tiempo parcial, o a tiempo completo, o sin trabajo (datos no mostrados), permitían una asistencia continuada. Teóricamente, la modalidad/rutina de la higiene oral fue la misma para las personas RI y RC, pero en la práctica, la familia aseguró una atención mayor en la práctica regular y cuidadosa de las modalidades de higiene oral. En nuestra opinión, este ambiente familiar constituye un estímulo fundamental para el cuidado por parte de los parientes y, consiguientemente, para una cuidadosa, precisa, regular y sistemática atención preventiva dental. Esta mejoría potencial en la higiene dental y en la salud bucal puede ser eficaz a la hora de suprimir la progresión y la gravedad de la patología periodontal en las personas que viven en régimen familiar. De hecho, el lugar de residencia jugó un papel importante en el número de dientes supervivientes. Sugerimos que la retirada periódica del biofilm microbiano y un riguroso plan educativo de la familia en favor de la higiene oral de las personas con síndrome de Down conseguiría tanto la supresión del componente inflamatorio como la reducción de las lesiones periodontales.
El IMC, el nivel de gravedad de la discapacidad mental y la edad influyeron poderosamente en la situación periodontal de las personas con síndrome de Down, y sus efectos fueron independientes de la institucionalización;