Resumen del Mes: Niveles bajos de actividad física
Niveles bajos de actividad física en adolescentes con síndrome de Down guardan relación con baja densidad mineral ósea
Decreased levels of psysical activity in adolescents with Down syndrome are related with low bone mineral density: a cross sectional study
Ángel Matute-Llorente, Alejandro González-Agüero, Alba Gómez-Cabello, Germán Vicente-Rodríguez, José Antonio Casajús
BMC Endocrine Disorders 2013. Jul 4;13(1):22. doi: 10.1186/1472-6823-13-22
RESUMEN
Introducción y objetivos
Se ha visto en diversos estudios que las personas con síndrome de Down muestran menor densidad ósea, por lo que tienen mayor riesgo de padecer fracturas y osteoporosis. Al haberse prolongado su esperanza de vida y tener mayor autonomía e independencia en su vida diaria, el riesgo de caídas y las consiguientes fracturas también aumenta. El riesgo de una fractura depende de la densidad mineral ósea (DMO), y de la geometría y fortaleza del hueso. Entre la población con discapacidad intelectual, se achaca al SD como uno de los factores que contribuyen a la disminución de DMO. El buen estado del esqueleto del adulto depende en buena parte de cómo se adquiera una buena masa ósea durante la niñez y la adolescencia. Aparte de factores genéticos, son los ambientales y el estilo de vida —especialmente la actividad física— los que ejercen una mayor influencia osteogénica (formación de hueso). Es fácil que las personas con SD tengan barreras para participar en actividades físicas diarias: problemas de transporte, tendencia a la pasividad, hipotonía, menor motivación (porque les cuesta más).
El método de acelerometría se ha mostrado como un método de uso relativamente sencillo, bajo costo, no invasivo y suficientemente preciso para valorar la actividad física de un individuo. En algunos estudios previos ha mostrado que la población con SD no suele alcanzar los niveles recomendados de actividad física, y la tendencia general de las personas con SD a reducirla conforme aumenta la edad. Es escasa también la información sobre el estado de la masa ósea en la población joven con SD
Los objetivos de este estudio han sido: 1) describir los patrones de actividad física en adolescentes con SD comparados con jóvenes sin SD, 2) determinar las relaciones entre actividad física y riesgo de tener una baja masa ósea en esta edad.
Métodos
Se inició el estudio en 2 grupos de adolescentes de 20 individuos cada uno, el primero con síndrome de Down (10 chicas y 10 chicos, edad 14,7 ± 2,2 años) y el segundo sin síndrome de Down (10 chicas y 10 chicos, edad 13,2 ± 2,8 años). Terminaron el estudio 19 en el primero y 14 en el segundo. Todos eran sanos. se les realizó estudio antropométrico completo, incluido el índice de masa corporal y el estado puberal. Se midió la actividad física mediante acelerómetro ActiTrainer uniaxial, que lo llevaron durante 7 días consecutivos durante la actividad escolar, colocado en la cadera derecha; pero debían quitárselo al bañarse o ducharse o hacer natación, y en los deportes de contacto. Todos fueron instruidos convenientemente sobre su utilización y anotaciones de registro. Se consideró a la actividad física como sedentaria (cuentas ≤ 25), ligera (cuentas 25 a 574), moderada (cuentas 574 a 1003) e intensa (cuentas > 1003). La masa ósea fue calculada mediante escaneo de todo el cuerpo, columna lumbar (L1-L4) y región proximal del fémur (cadera).
Resultados
Actividad física. En comparación con el grupo control, el grupo con SD pasó menos tiempo en actividad física calificada como sedentaria, mayor tiempo en actividad ligera, igual tiempo en actividad moderada, y mucho menos tiempo en actividad física intensa. De hecho, ninguno de los adolescentes con SD alcanzó el mínimo de tiempo de 60 min diarios de actividad física moderada a intensa, que es el mínimo recomendado por las guías.
Masa ósea. Los adolescentes con SD mostraron menores valores de masa ósea que el grupo control en su cuerpo en conjunto, columna lumbar y cadera. En lo que se refiere a los valores en cadera, la zona que se considera mejor cualificada como elemento de referencia, los adolescentes con SD que mostraron valores más bajos de masa ósea fueron los que habían mostrado valores más bajos de actividad física. Lo que sugiere que la actividad física puede ser un factor positivo para aumentar la masa ósea y, de ese modo, reducir el riesgo de fracturas a largo plazo.
COMENTARIO
El estudio nos ofrece datos objetivos que demuestran algo ya conocido: el poco tiempo que los adolescentes dedican a realizar actividad física de suficiente intensidad como para mejorar el estado de su masa ósea. Es cierto que en este estudio no se tuvo en cuenta el tiempo dedicado a la natación o a deportes de choque (p. ej., el fútbol), pero eso ocurrió en los dos grupos y sólo quedó reflejado numérica y estadísticamente en el que tenía síndrome de Down, el cual no cumplió la recomendaciones de las guías oficiales. El estudio ofrece por primera vez la posible relación entre intensidad del ejercicio y estado de la masa ósea. Sea por causas intrínsecas a la genética del síndrome de Down (acción de ciertos genes) que hace que la masa ósea tienda a ser menor, o por causas secundarias (mayor pasividad, menor iniciativa, mayor hipotonía), la realidad es que se hace preciso incluir en los programas educativos del adolescente tareas de educación física que sean eficaces, de suficiente intensidad, y atractivas para que los individuos se mantengan motivados.