Resumen: Obesidad abdominal y metabolismo

Obesidad abdominal y trastornos del metabolismo de la glucosa y los lípidos en adultos con síndrome de Down

Evaluation of the impact of abdominal obesity on glucose and lipid metabolism disorders in adults with Down syndrome
Diego Real de Asúa, Pedro Parra, Ramón Costa, Fernando Moldenhauer
Research in Developmental Disabilities 35: 2942-2949, 2014

RESUMEN

Justificación

La aterosclerosis es el principal sustrato de la enfermedad cardiovascular, causa principal de la morbilidad y mortalidad en los países occidentales. La prevalencia de esta enfermedad aumenta con la edad y con la presencia diversos factores de riesgo concomitantes, como son la hipertensión arterial, la diabetes, la dislipidemia, la obesidad y el sedentarismo. El aumento de presión arterial y los factores metabólicos de riesgo interactúan entre sí para producir el síndrome metabólico, síndrome que incrementa notablemente la morbilidad y mortalidad cardiovascular. Se considera que la obesidad, especialmente la abdominal (que se mide por la circunferencia de la cintura), y el estrés oxidativo forman parte de una etapa inicial en el desarrollo del síndrome metabólico y juegan un papel central en su patogenia. En las últimas décadas, la prevalencia de obesidad y del síndrome metabólico ha aumentado en todas las franjas de edad y ambos empiezan a ser considerados como importantes problemas de salud pública.

Desde los ochenta del pasado siglo, la supervivencia de las personas con síndrome de Down ha aumentado considerablemente y con ello el número de adultos. Los cuales nos plantean nuevos problemas, diferentes de los que afrontábamos en su niñez y de los de la población general. Pueden mostrar problemas inmunológicos y metabólicos, los cuales a su vez los arrastran hacia un aumento del estrés oxidativo en diversos sistemas celulares y un envejecimiento precoz. La obesidad y la dislipidemia parece  ser más prevalentes también tanto en niños como en adultos. Aunque los estudios iniciales no vieron diferencias significativas en los niveles medios de colesterol y triglicéridos entre los adultos con y sin síndrome de Down, la investigación más reciente indica la presencia de un perfil más aterogénico en las personas con síndrome de Down que en las del resto de la población. Hay también una mayor incidencia de diabetes tipo I. Y sin embargo, a pesar de la posible coexistencia de múltiples factores de riesgo cardiovascular, son muy raros en los adultos con SD tanto la lesión aterosclerótica subclínica como los accidentes cardiovasculares.

De los diversos factores de riesgo cardiovasculares, en los adultos con síndrome de Down se ha prestado escasa atención a la obesidad; los primeros estudios se fijaban únicamente en el índice de masa corporal (IMC). Por eso se desconoce la prevalencia de obesidad abdominal y lo apropiada que pueda ser la medición de la circunferencia a nivel de la cintura como índices de diagnóstico de obesidad en esta población. Nuestra hipótesis es que los adultos con síndrome de Down tendrían un perfil diferente al de la población general en lo que se refiere a los trastornos relacionados con el peso; pero este perfil no influiría en el desarrollo de trastornos metabólicos importantes. esta discrepancia se debería a diferencias antropométricas en la distribución de la grasa corporal. En consecuencia, nuestro estudio se centró en analizar de forma completa los parámetros antropométricos, con los objetivos siguientes: (a) describir la prevalencia de trastornos del peso (sobrepeso, obesidad, obesidad abdominal) en un grupo de adultos con síndrome de Down; (b) evaluar las diferencias con un grupo control; (c) estudiar la influencia diferencial de la obesidad abdominal sobre la prevalencia de trastornos metabólicos (estados de disregulación glicémica como son la glucemia en ayunas, la resistencia a la insulina o la diabetes, la dislipidemia y el síndrome metabólico, y comparar entre los grupos: síndrome de Down vs. control y obesos abdominales vs. no obesos.

Métodos

El estudio se realizó en un grupo de 49 adultos con síndrome de Down, con una media de edad de 36±11 años, y en otro control de 49 adultos con una media de edad de 42±13 años. Las categorías de peso corporal (normal sobrepeso, obeso) se definieron en función del IMC. La circunferencia de la cintura se midió en el punto medio entre el sitio más elevado de la cresta ilíaca y la parte más baja del margen costal, en el eje axilar medio; la obesidad abdominal fue definida de acuerdo con los criterios internacionalmente adoptados. Se calculó la relación "cintura - talla", y se tomó el valor de 0,5 como corte para el diagnóstico de obesidad abdominal. Se realizaron mediciones analíticas exhaustivas de los parámetros metabólicos, incluidos la resistencia a la insulina, la función tiroidea y los niveles de lípidos.

Resultados

Los adultos con síndrome de Down estudiados fueron más jóvenes que los del grupo control. Mostraron también una relación más alta "cintura- talla", presentando con mayor frecuencia obesidad abdominal y a edades más jóvenes que los controles. Los adultos con síndrome de Down y obesidad abdominal mostraron valores más altos de IMC, con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad.

Fue también más prevalente la resistencia a la insulina en los adultos con SD que mostraron obesidad abdominal. El perfil lipídico fue similar en ambos grupos. La dislipidemia se observó en 17 adultos con síndrome de Down y 11 controles. Se diagnosticó síndrome metabólico en 5 adultos con síndrome de Down y 8 controles.

Ninguno de los adultos con SD presentó hipertensión arterial, mientras que seis controles la presentaron. Los niveles de presión arterial en los adultos con SD y obesidad abdominal fueron sustancialmente inferiores a los de los controles con obesidad abdominal. Los trastornos tiroideos fueron más frecuentes en el grupo síndrome de Down. De los 32 con diagnóstico documentado de hipotiroidismo en este grupo, 13 presentaron hipotiroidismo subclínico; en el grupo control, el hipotiroidismo estuvo presente en 8 adultos.

Los adultos con síndrome de Down recibían más medicación que los controles (antidepresivos: 14 vs. 2; neurolépticos: 5 vs. 0; vitamina D: 25 vs. 0; levotiroxina: 26 vs. 5). En cambio, ningún sujeto con síndrome de Down tomaba fármacos antihipertensores, frente a 6 de los controles. Seis adultos con síndrome de Down tomaban estatinas vs. 3 controles.

En conclusión: El estudio halló una alta prevalencia de trastornos relacionados con el peso en los adultos con síndrome de Down. Quienes mostraron obesidad abdominal, también mostraron signos de resistencia a la insulina (mayor que quienes no tenían obesidad abdominal), si bien sólo se apreció en un número pequeño de casos el síndrome metabólico, quizá debido a los niveles bajos de presión arterial. La relación "cintura - talla" fue un índice más correcto para diagnosticar obesidad abdominal que la simple medición de la cintura.

COMENTARIO

El estudio subraya la necesidad de controlar el peso de los adultos con síndrome de Down, y en especial la circunferencia abdominal. Es ahí donde se acumula un depósito de grasa que puede ser difícil de eliminar, y que contribuye a alterar el metabolismo general de la glucosa, ya que hace al paciente más resistente a la acción de la insulina, hormona que regula los niveles de glucosa en sangre al facilitar su utilización en los tejidos.

Pero la obesidad del adulto no aparece de repente a esa edad sino que va surgiendo poco a poco desde la adolescencia. Es en esa edad, e incluso antes, donde los individuos tienen que aprender a controlar su peso, es decir, su comida y su nivel de ejercicio físico. Para ello se requieren enseñanza y práctica; es decir, sesiones informativas sencillas y claras para que entiendan el funcionamiento metabólico del organismo, el valor y calidad de los alimentos y la preparación de dietas adecuadas, y la realización sistemática de ejercicio corporal.