Resumen: Influyen la motivación en sus actividades como adultos
¿Influyen la motivación por la excelencia y la auto-regulación de niños y adolescentes con síndrome de Down en sus posteriores actividades como adultos? Resultados de un estudio longitudinal
(Associations of child and adolescent mastery motivation and self-regulation with adult outcomes: a longitudinal study of individuals with Down syndrome)
Linda Gilmore, Monica Cuskelly
American Journal on Intellectual and Developmental Disabilities 122: 235-246, 2017, doi: 10.1352/1944-7558-122.3.235
RESUMEN
Planteamientos
Para ayudar a que los adultos con síndrome de Down experimenten unas vidas satisfactorias y plenas, resulta imperioso que tratemos de comprender las trayectorias que siguen en su desarrollo, e identifiquemos en su niñez y adolescencia qué factores son los que pueden predecir que su adultez será vivida con éxito.
Un marcador importante de que una vida adulta transita con éxito es la auto-determinación. Definida en sentido amplio como la capacidad para mantener el control de su propia vida, se ha comprobado que la auto-determinación es importante para que el adulto con discapacidad intelectual consiga el empleo y la independencia financiera, y cuanto contribuya a la calidad de vida (Martorell et al., 2008). Otra medida importante de la competencia en el funcionamiento del adulto es su conducta adaptativa, que refleja el grado en que los individuos consiguen las expectativas propias de la etapa de su vida en áreas como son el auto-cuidado y la comunicación. Los adultos con discapacidad intelectual tienden a desplegar niveles más bajos de conducta auto-determinada y, por definición, tienen problemas en su conducta adaptativa. Sin embargo, está claro que, en la adultez, existen variaciones sustanciales tanto en la auto-determinación como en el funcionamiento adaptativo. El grado de discapacidad intelectual es probablemente un factor a considerar; no obstante, es probable que influyan también considerablemente otras características individuales. Nuestro interés en este estudio de carácter longitudinal se centrará en dos de estas características: a) la motivación por dominar una actividad o tarea, es decir, por alcanzar la maestría ―para simplificar, la llamaremos motivación por la excelencia―, y b) la auto-regulación.
Motivación por la excelencia. La motivación por la excelencia, el afán o apremio para ser competente en el mundo, se expresa mediante la persistencia ante un obstáculo, el placer de alcanzar el éxito y la preferencia por realizar tareas cuya consecución, aunque posible, no es fácil. En estudios anteriores llevados a cabo en bebés con desarrollo ordinario o regular (típico), se observó que la motivación por la excelencia predecía la competencia futura, en franjas de tiempo relativamente cortas. Y en otra muestra de niños mayores con desarrollo ordinario, se vio la peculiar contribución de esta motivación por la excelencia, analizada a los 2 años, para conseguir la competencia académica a la edad de 8 años.
La importancia de la motivación por la excelencia en relación con la competencia futura se ha demostrado también en quienes muestran un desarrollo atípico. En una muestra de niños con síndrome de Down, Gilmore y Cuskelly (2009) vieron que la persistencia apreciada en la niñez temprana mostraba una importante asociación o relación con la capacidad para la lectura de palabras en la adolescencia, incluso cuando se controlaba el efecto de la capacidad cognitiva. Esta asociación entre la motivación por la excelencia a edades tempranas y el posterior funcionamiento ejecutivo fue también observada, a lo largo de un periodo más prolongado, por Hauser-Cram et al. (2014) quienes hallaron que personas con discapacidad intelectual que eran más persistentes en dominar tareas a la edad de 3 años mostraban mejores habilidades en sus funciones ejecutivas a los 20 años. Aunque las asociaciones entre la motivación por la excelencia en la niñez y otras cualidades en la adultez están todavía por definirse, no debe sorprender el comprobar que los niños que persisten en tareas difíciles, aceptan una dificultad, y sienten orgullo de sus propios logros avanzarán de tal modo que funcionarán con mayor eficacia y éxito cuando sean adultos.
Auto-regulación. La auto-regulación es un concepto complejo que incorpora todo un conjunto de elementos que incluyen la planificación, el auto-análisis y el control inhibidor. Pero en esencia, se refiere al esfuerzo para administrar las emociones y la conducta de uno mismo, con el fin de conseguir un objetivo. En la población general, se ha visto que la auto-regulación es importante para el aprendizaje, la salud física y psicológica, y la eficacia social. Las estrategias propias de la auto-regulación, como son la planificación y el análisis, son claros integrantes de una conducta auto-determinada. Mischel et al. demostraron que existía una importante asociación entre la capacidad de los niños con desarrollo ordinario para retrasar la obtención de un premio y su funcionamiento como adultos años después. Quienes, siendo niños, eran capaces de regular sus conductas y de saber esperar hasta recibir un tratamiento preferido, posteriormente en la adultez consiguieron mayor éxito en áreas como, por ejemplo, el empleo y las relaciones personales. Estas asociaciones a largo plazo entre la auto-regulación y el funcionamiento en el adulto no han sido analizadas en quienes tienen discapacidad intelectual. Y sin embargo, hay razones para prever que las personas más capaces de planificar y regular sus propias conductas y emociones terminarán siendo adultos con mayor auto-determinación y competencia.
Desde nuestro punto de vista, la motivación por la excelencia y la auto-regulación no son conceptos totalmente independientes. El afán por ser competente ―reflejado como motivación por la excelencia― proporciona el objetivo hacia el cual se dirigen las conductas auto-reguladoras (que incluyen el esfuerzo persistente, un marcador de la motivación por la excelencia). Powers et al. (1996) afirman que la motivación por la excelencia contribuye al desarrollo de conductas auto-dirigidas, enfocadas hacia un objetivo tanto en los adolescentes como en los adultos, incluidos los que tienen discapacidad intelectual. En un estudio que abordó a estos dos conceptos conjuntamente, Cuskelly et al. (2013) apreciaron correlaciones entre fuertes y moderadas en mediciones que analizaban estos dos aspectos del funcionamiento, tanto en niños con síndrome de Down como en niños con desarrollo ordinario.
En este artículo vamos a presentar datos de un estudio longitudinal en el que centraremos la atención en la contribución ejercida por la motivación por la excelencia y la auto-regulación hacia diversos aspectos a lo largo de la vida. Hace más de 20 años, reunimos una muestra de niños pequeños con síndrome de Down (4-6 años) y sus padres (tiempo 1). Obtuvimos mediciones de su motivación por la excelencia, auto-regulación y capacidad cognitiva (Gilmore et al., 2003a, 2003b). La segunda oleada de datos (tiempo 2) fue obtenida cuando los niños se hicieron adolescentes. Conseguimos retener el 100% de la muestra y medimos los mismos conceptos (Gilmore y Cuskelly, 2009). Ahora damos cuenta de los resultados en la tercera fase del estudio, en la que se han evaluado la auto-determinación y la conducta adaptativa a la edad de 23-26 años. Nuestras hipótesis fueron que la motivación por la excelencia y auto-regulación de etapas anteriores ejercerían contribuciones específicas a la auto-determinación y conducta adaptativa del adulto, más allá y por encima de las explicadas por la capacidad cognitiva. Como ya hemos dicho, contemplamos la motivación por la excelencia y la auto-regulación como conceptos separados aunque interrelacionados. Nos interesaba también explorar cuál de estos dos conceptos contribuyen más intensamente a las actividades del adulto.
Métodos
Participaron 21 individuos, de los 25 que habían sido incluidos en las dos anteriores fases del estudio. En el tiempo 1, los 25 niños (15 niñas) tenían edades entre 4 años 2 meses y 6 años 8 meses. En el tiempo 2, las edades estuvieron entre 11 años, 3 meses y 15 años, 9 meses. En el tiempo 3 (estudio actual) las edades de los 21 participantes (13 mujeres) estuvieron entre 23 años 1 mes y 26 años, 11 meses. Todos vivían con su familia, 10 tenían empleo pagado y los demás trabajaban como voluntarios.
En los tiempos 1 y 2 se habían evaluado y medido la motivación por la excelencia, la auto-regulación y la capacidad cognitiva. En el tiempo 3, el actual de este estudio, se evaluaron los dos conceptos que se deseaba analizar al llegar a la adultez: la auto-determinación y la conducta adaptativa. De ese modo, y mediante los debidos métodos estadísticos, las autoras analizaron el objetivo del estudio: las posibles asociaciones/influencias entre la motivación por la excelencia y la auto-regulación evaluadas en la niñez y adolescencia, y la auto-determinación y conducta adaptativa alcanzadas en la adultez. Los test realizados para cada evaluación en cada etapa quedan reflejados en la tabla 1.
Tabla 1. Mediciones utilizadas en las tres fases del estudio
Tiempo |
Concepto/constructo |
Medición |
1 |
Motivación por la excelencia |
Persistencia en la tareaa,b (jigsaw puzzles, shape sorter) |
|
Auto-regulación |
Auto-control en la tareaa,b (Lock Box Aimless Actions subscale) |
Habilidad cognitiva |
Bayley Scales of Infant Development - 2nd edition |
|
2 |
Motivación por la excelencia |
Persistencia en la tareaa (picture search, fishing task) |
|
Auto-regulación |
Informe de padres sobre auto-controla,b (Self Control Rating Scale) |
|
Habilidad cognitiva |
Stanford-Binet Intelligence Scale: 4th editiona,b |
3 |
Auto-determinación |
Informe de padres sobre auto-determinación (AIR Self-Determination Scale) |
|
Conducta adaptativa |
Informe de padres sobre conducta adaptativa (Vineland Adaptive Behavior Scales, 2nd edition) |
a Usado como variable predictiva en el análisis de regresión para la autodeterminación
b Usado como variable predictiva en el análisis de regresión para la conducta adaptativa
Resultados y comentarios
En su muestra de adultos con síndrome de Down, las autoras vieron que la auto-determinación y el funcionamiento adaptativo estaban relacionados de manera significativa y simultáneamente, y que la conducta adaptativa estaba fuertemente asociada con la capacidad cognitiva, tanto en la niñez como en la adolescencia. Sin embargo, la capacidad cognitiva no se mostró asociada significativamente con la auto-determinación.
Tal como fue su hipótesis, vieron que la motivación por la excelencia y la auto-regulación contribuyeron de manera específica a la auto-determinación, por encima de la capacidad intelectual. Los predictores más poderosos fueron los informes de los padres sobre la persistencia y el auto-control en la adolescencia, los cuales, en combinación, dan cuenta del 38% de la varianza en la auto-determinación. Estas mediciones de la motivación por la excelencia y auto-regulación resultaron igualmente importantes; y aunque no reflejan el mismo concepto, se vio que estaban relacionados el uno con el otro, tanto en el mismo tiempo como a lo largo del tiempo. Es difícil desentrañar las relaciones recíprocas y las superposiciones entre ambos conceptos: la motivación por la excelencia, según la concepción original de White (1959), es inherente al individuo mientras que la auto-regulación está basada en el temperamento (Rothbart et al., 2007). La motivación por la excelencia dirige la conducta auto-reguladora, pero la auto-regulación es esencial para que se exprese la motivación por la excelencia.
Para la conducta adaptativa del adulto, el CI de la adolescencia fue un poderoso predictor, dando cuenta del 64% de la varianza. La motivación por la excelencia en la niñez temprana contribuyó con un añadido significativo a la cantidad de varianza; no así la auto-regulación. El hallazgo de que la persistencia en tareas dificultosas en la primera infancia predice el funcionamiento del adulto 20 años después, es un hallazgo extraordinario. Este poder de la persistencia ha sido demostrado también por Hauser-Cram et al. (2014), quienes demostraron que había una relación significativa entre la persistencia durante la niñez temprana y el funcionamiento ejecutivo 20 años después en una muestra de personas con discapacidad intelectual. La motivación por la excelencia refleja el deseo de ser competente. Las personas que se sienten orientadas hacia la excelencia, harán tareas inicialmente vistas como difíciles con mayor probabilidad, y persistirán en ellas. Es probable que los niños que, desde una temprana edad, muestren altos niveles de este tipo de conductas dispongan de, y experimenten, una cascada de oportunidades y de experiencias que no están disponibles a quienes se encogen ante las dificultades y abandonan cuando se enfrentan a una dificultad. Porque se les ofrecerán mayores oportunidades difíciles, se encontrarán con más salidas para elegir sus actividades y, en consecuencia, desarrollarán más independencia que quienes eviten los obstáculos o no persistan ante una dificultad. Esta orientación inevitablemente conduce a una mayor auto-determinación, niveles más altos en sus habilidades y, por tanto, mejor funcionamiento adaptativo.
La auto-regulación fue también un importante predictor de la auto-determinación en la adultez. Los padres influyen de forma sustancial en las oportunidades de auto-determinación de las personas con discapacidad intelectual (Curryer et al., 2015), y puede que haya una interacción entre las observaciones de los padres sobre la capacidad de su hijo para manejar una emociones y conducta y las oportunidades que ellos ofrecen para la auto-determinación. Aunque la motivación por la excelencia y la auto-regulación hicieron parecidas contribuciones a la auto-determinación del adulto, inesperadamente, sólo la motivación por la excelencia fue significativa para el funcionamiento adaptativo. Es posible que el tamaño relativamente pequeño de la muestra no haya dado mayor poder significativo. La relativamente mayor importancia de la motivación por la excelencia pueda reflejar el tipo de ítems ofrecido en los cuestionarios para valorar la conducta adaptativa, basados en habilidades. Porque la persistencia, que define a la motivación por la excelencia, es central para el desarrollo de las habilidades propuestas en el instrumento: habilidades de la vida diaria, habilidades sociales, comunicación.
Implicaciones o consecuencias de estos hallazgos
Este estudio amplía nuestra comprensión sobre la contribución que las características de un individuo pueden aportar al funcionamiento eficaz del adulto con síndrome de Down. Y sus hallazgos cobran especial relevancia ante ciertas afirmaciones de que las personas con síndrome de Down experimentan dificultades con la motivación por la excelencia y la auto-regulación. Aunque la mayoría de los estudios han demostrado que los niños con síndrome de Down muestran niveles parecidos de persistencia en las tareas a los de los niños con desarrollo ordinario, para una misma edad de desarrollo, los informes de los padres no son tan positivos (Gilmore y Cuskelly, 2014). Se han identificado diferencias con respecto a comprometerse en una tarea mantenida (Ruskin et al., 1994), lo que ha llevado a algunos investigadores a concluir que los déficit de motivación forman parte del fenotipo conductual en el síndrome de Down (Fidler, 2006), si bien esta opinión ha sido discutida (Gilmore et al., 2015).
El caso es que hay muchas situaciones en las vidas de las personas con síndrome de Down en las que la motivación se ve debilitada, porque el nivel óptimo de dificultad (requisito para promover la motivación por la excelencia) puede no ser el rasgo habitual de sus experiencias diarias. Es posible, e incluso probable, que para algunos individuos la motivación por la excelencia vaya disminuyendo en respuesta a una exposición constante a tareas que sean demasiado difíciles o demasiado fáciles. En consecuencia, es probable que las siguientes tres actuaciones refuercen la calidad de vida de las personas adultas con síndrome de Down: a) ofrecer experiencias con un nivel óptimo de dificultad, como rasgo habitual de la vida diaria; b) reforzar la persistencia o perseverancia como respuesta ante una primera dificultad; c) mientras son niños y adolescentes, ayudarles a apreciar las oportunidades contenidas dentro de esa misma dificultad.
Las personas con discapacidad intelectual parecen tener más dificultad para regular su conducta que las de desarrollo ordinario, para una misma edad mental (Fidler et al., 2011; Lee et al., 2011). Y hay algunos datos de que, al menos en algún aspecto de la actividad auto-reguladora, como es el caso de la demora en ser gratificado, quienes tienen síndrome de Down muestran mayor dificultad que otros con discapacidad intelectual pero de otra etiología (Cuskelly et al., 2016). En consecuencia, organizar intervenciones que tengan como objetivo a las habilidades dirigidas a promover la auto-regulación, como son la planificación, la vigilancia y el retraso o demora en la gratificación, beneficiarán con toda probabilidad a las personas con SD conforme van progresando hacia la vida adulta.
COMENTARIO
Los hallazgos derivados de este estudio ofrecen poderosas indicaciones que demuestran la importancia de la motivación por la excelencia y de la auto-regulación, fomentadas durante la niñez y la adolescencia, para conseguir después un buen funcionamiento en las actuaciones de la vida adulta de las personas con síndrome de Down. Se ha visto cómo la motivación por excelencia y la auto-regulación desarrolladas durante la niñez y la adolescencia predicen el nivel de auto-determinación y de conducta adaptativa, incluso mejor que la propia capacidad cognitiva. Los resultados destacan la importancia que tiene el saber desarrollar y evaluar intervenciones que vayan dirigidas a apoyar la motivación por la excelencia lo más tempranamente posible en los niños con síndrome de Down. Lo mismo cabe decir del desarrollo de la auto-regulación, aunque todavía existen dudas sobre cuándo su desarrollo ejercería una mayor influencia.
Así, pues, con independencia del nivel intelectual, nuestro esfuerzo educativo ha de ir dirigido a fomentar y practicar desde pequeños el mantenerse constantes y perseverantes en el esfuerzo por conseguir y estimar la ejecución de cosas bien hechas, a que aprendan a tener paciencia a recibir algo que les satisface, o incluso a no recibirla si resulta serles perjudicial (auto-regulación). Porque eso, a lo largo de su adolescencia, irá dotándoles de instrumentos para desarrollar mejor su auto-determinación y su función ejecutiva.
Bibliografía
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