Síndrome de Down Editorial: De la Tolerancia a la Celebración
DE LA TOLERANCIA A LA CELEBRACIÓN
Las palabras conforman las ideas y los pensamientos. Las ideas y los pensamientos son el sustento de los estereotipos y los prejuicios.
La historia de las personas con síndrome de Down es también, de alguna manera, la historia de una relación de palabras, en las que unas sustituyen a otras a lo largo del tiempo. No vamos a repetir aquí los orígenes, repletos de tantos y tantos términos ofensivos, insultantes, dañinos, algunos de los cuales aún se mantienen vivos en el vocabulario popular.
En el momento actual parece que lo políticamente correcto nos obliga a utilizar palabras bien vistas por los demás, independientemente de cuáles sean, en el fondo, nuestras ideas. Normalización, integración e inclusión son conceptos que representan los principios generales que en estos momentos enmarcan la relación con las personas con discapacidad.
Pero analicemos los términos que emanan de esos principios y que reflejan nuestra verdadera forma de pensar. Las palabras empleadas hoy en día nos remiten a la admisión de las personas con síndrome de Down y con otras discapacidades en el mundo de los no discapacitados, al parecer en igualdad de condiciones. Términos como tolerancia, aceptación y respeto, circulan en boca de todos, desde los educadores a los políticos. Sin embargo, si profundizamos en ellas, vemos que al utilizarlas reflejamos la distancia que intentamos mantener con estas personas.
Al hablar de tolerancia nos situamos en una posición superior, recalcando que nosotros somos quienes tenemos el poder y permitimos que otros se incorporen, admitimos su presencia, quizás incluso en contra de nuestra voluntad. La aceptación también nos coloca en una situación de control, siendo las personas que no tienen discapacidad quienes aceptan, siempre si quieren, a las discapacitadas. El respeto, por último, sería un requisito mínimo, pero sigue marcando una separación entre unos y otros. En resumen, las toleramos, las aceptamos e incluso las respetamos, pero ellas en su lugar y nosotros en el nuestro. Cada uno tiene su sitio.
A partir de ahora tenemos que comenzar a utilizar términos en los que vayamos más allá de "soportar" la presencia de quienes son diferentes, hasta conseguir valorar lo que nos aportan. Los términos que mejor se ajustan a este nuevo enfoque son bienvenida, valoración y celebración. No solo toleramos que estén con nosotros, sino que les damos la bienvenida, les abrimos la puerta de nuestra sociedad con todo lo que eso supone, dándoles la oportunidad de que ocupen el puesto que les corresponde. Tras esa bienvenida inicial, sabemos valorar cuánto nos aportan, cómo nos enriquecen, puesto que la diversidad es probablemente la mayor riqueza de la que disponemos los humanos y, dicho sea de paso, también la Naturaleza. Y por último, y como culminación, celebramos la presencia de las personas con síndrome de Down entre nosotros, en todos los ambientes y entornos, alegrándonos de que estén aquí y mostrándoles ese júbilo, como quien celebra el regreso de un hijo venido de un país lejano.
Tolerancia, respeto y aceptación son requisitos mínimos, el mínimo común necesario para que todas las personas con síndrome de Down y con otras discapacidades participen en igualdad de derechos y deberes en esta sociedad, que es también la suya. Pero no bastan. Tenemos que ir a máximos. Bienvenida, valoración y celebración han de ser los términos que dirijan nuestro caminar de ahora en adelante. De la exclusión a una inclusión que sea auténticamente integradora. De la tolerancia a la celebración: la ruta de las palabras es, en el fondo, la ruta de las ideas. Sigamos viajando y mejorando.
Comentarios
gracias por enviame estos articulos que me pemite como abuelo ser feliz con mi Nieto patricio Eugenio (TOTITO). LES ENVIARE FOTOS PARA QUE UDS VEAN SU DESARROLLO A LOS 10 AÑOS , ESTA EN DOS COLEGIOS UON DE LA FUNDACION COMPLEMENTA Y UNO NORMAL EN SANTIAGO DE CHILE
YO VIVI EN CONCEPCION CHILE
Saludos desde Brasil.