Editorial: LLuvia Fina
LA LLUVIA FINA
En el mundo del síndrome de Down, cada marzo y su día 21 se convierten en una auténtica explosión de vida. Es un vendaval de demostraciones, mensajes, entrevistas, vídeos, atracciones públicas que acaparan los medios de comunicación, en un gigantesco alarde mundial que intenta despertar a la sociedad y hacerle cambiar su mirada hacia la auténtica realidad de las personas con síndrome de Down.
¿Es necesario ese vendaval? En la actual cultura donde priman la imagen y el diseño sobre el contenido, probablemente sí. Pero aquí no se trata de promocionar cosas e instrumentos sino de destacar el valor de personas que conforman los contenidos vivos, acuciantemente vivos, que nacen, crecen, se desarrollan sobre -y gracias a- un determinado terreno. Un terreno que no se nutre de vendavales, sino de una lluvia fina, silenciosa, pacientemente activa, constante, pertinaz. La lluvia que cala e impregna el terreno, y lo mantiene maduro, feraz, rico en nutrientes.
- La madurez en la familia que sabe encontrar el sentido y la plenitud de una vida aparentemente incompleta, y gasta su esfuerzo diario en estar vigilante, en promover valores que el propio hijo hará suyos y le ayudarán a dirigir su autonomía personal en la dirección más acorde con sus capacidades e intereses.
- La madurez en la escuela, que acierta a dotar a su alumno de instrumentos personales que amplíen su capacidad, ensanchen sus posibilidades, mejoren sus actuaciones, enriquezcan sus recursos cognitivos y emocionales.
- La madurez en el ambiente laboral, que dé opción a la realización de la persona en su vida diaria, y al cumplimiento de sus cualidades.
- La madurez en las relaciones sociales, con grados variables de intimidad en función de las circunstancias individuales que acompañan la vida de cada persona.
- La madurez en una vida adulta, cada vez más prolongada, en la que el individuo ocupa su espacio y da rienda suelta a toda la energía y posibilidades personales que ha ido acumulando.
La lluvia fina. He ahí nuestra responsabilidad: mantenerla, asegurar su presencia y su calidad, dando opción a que cada individuo con síndrome de Down pueda disfrutar en su particular terreno personal y social en el que le ha tocado desarrollarse y vivir.
Comentarios
En forma constante he venido recibiendo la interesante REVISTA. Mil
gracias.- Esun gran apoyo para nuestro crecimiento familiar en virtud de nuestra hija que nos acompaña en este proceso. Es un angelito.-