Síndrome de Down, resúmenes con comentario

RESÚMENES CON COMENTARIO

 

  1. Actividad física y conducta sedentaria en niños con y sin SD: encuesta nacional en USA

Keith M. Diaz trabaja en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, New York. Publicado en Am J Intellect Develop Disabil 126: 230-242, 2020. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

El objetivo del estudio fue examinar a escala nacional en los 50 estados de USA las diferencias en la actividad física y conducta sedentaria en una muestra poblacional de: 1) niños con síndrome de Down, 2) niños con otras necesidades especiales de salud o de discapacidad, y 3) niños con desarrollo ordinario. Para ello se realizó una encuesta con cuestionario enviado a familias. El estudio estuvo dirigido por Health Resources and Services Administration’s Maternal and Child Health Bureau (MCHB) y llevado a cabo por U.S. Census Bureau. Del grupo 2) se hicieron tres subgrupos: 2a) niños con discapacidad del desarrollo con alto impacto funcional (autismo, parálisis cerebral,  trastornos visuales o auditivos), 2b) niños con discapacidad intelectual sin alto impacto funcional , y 2c) niños con otras necesidades especiales de atención a la salud. Se valoró la actividad física en función de la respuesta de los padres a la pregunta: "durante la última semana, ¿cuántos días su hijo ejercicio, o deporte, o participó en una actividad física durante al menos 60 min?". Se clasificó como buena si lo hicieron durante ≥ 4 días. La participación en deportes fue valorada en respuesta a: "En los últimos 12 meses, ¿participó su hijo en un equipo o tomó lecciones deportivas además de las escolares o en fines de semana? La conducta sedentaria se valoró con dos ítems que evaluaron la visión media diaria de TV y el uso de instrumentos electrónicos a la semana (TV, videojuegos, ordenadores, móviles): mayor o menor de 2 h/día. Tras diversas eliminaciones, el número total de participantes fue de 50.191, de edades entre 6 y 17 años (media: ≈ 12 años para todos los grupos). Los grupos 1, 2a, 2b, 2c, y 3  fueron formados por 102, 2.165, 1.360, 10.025 y 36.539 niños y adolescentes, respectivamente. Los resultados obtenidos quedan expuestos en la siguiente figura.

 

Destacan los muy bajos valores mostrados por el grupo síndrome de Down para implicarse en actividades físicas regulares y en la participación en deportes, muy por debajo de los niños y adolescentes con desarrollo ordinario, pero incluso inferiores a los de los niños con otros tipos de discapacidad. Y el alto grado de visionado diario de TV. La dedicación diaria al manejo de otros instrumentos electrónicos fue similar en todos los grupos.

Comentario. Una vez más, y en este caso en un gran estudio poblacional, se declara la necesidad de tomar en serio, dentro de organizaciones dedicadas al síndrome de Down, la programación de actividades deportivas y de ejercicio físico. Las unidades escolares de carácter inclusivo han de tener muy en cuenta al alumno con síndrome de Down, adaptándole los planteamientos de práctica deportiva. Por otra parte, la preparación del tiempo de ocio en el que no predomine la actitud sedentaria y pasiva de ver la TV es un quebradero de cabeza para muchas familias. Se precisan eficaces programas de formación que ofrezcan alternativas viables y atractivas.

 


  1. Se necesitan habilidades diferentes en casa y en la escuela: Relación entre la función ejecutiva y las conductas de adaptación en adolescentes con síndrome de Down.

Camila Sabat, Paulina Arango, Marc Tasé y Marcela Tenorio trabajan en la Escuela de Psicología de la Universidad de Los Andes, Santiago de Chile. Publicado en Scientific Reports | (2020) 10:1683 | https://doi.org/10.1038/s41598-020-58409-5. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Se ha demostrado que las habilidades propias de la función ejecutiva de una persona no sólo guardan relación con su conducta adaptativa sino que además tienen un valor predictivo sobre su funcionamiento. El presente estudio examina la relación entre el funcionamiento ejecutivo y la conducta adaptativa en la concreta etapa de la adolescencia en el síndrome de Down. Proponemos y ponemos a prueba un modelo de cómo cada función ejecutiva esencial (a saber: la memoria operativa o de trabajo, la capacidad de inhibición y la flexibilidad) contribuye a cada dominio de la conducta adaptativa (a saber: la conceptual, la social y la práctica).  Nuestra hipótesis era la siguiente:

  • Para el desarrollo de las habilidades conceptuales, el orden de importancia en la contribución de las funciones ejecutivas sería: 1. Memoria operativa. 2. Capacidad de inhibición. 3. Flexibilidad.
  • Para el desarrollo de las habilidades sociales: 1. Flexibilidad. 2. Capacidad de inhibición. 3. Memoria operativa.
  • Para las habilidades de carácter práctico: 1. Capacidad de inhibición. 2. Flexibilidad. 3. Memoria operativa.

En el estudio participaron 36 adolescentes con síndrome de Down (6 mujeres y 30 varones) con una media de edad cronológica de 14,44 años (SD: 1,30). La conducta adaptativa fue evaluada de manera independiente por los padres y por los profesores a partir de las respuestas que ofrecieron a la escala ABAS-II.

Observamos que cuando son los padres los que informan sobre las habilidades Conceptuales, éstas guardan una relación con el nivel alcanzado en la memoria operativa. Es decir, el grado alcanzado de memoria operativa puede ser un buen predictor de las habilidades conceptuales cuando son informadas por los padres. Mientras que cuando son los profesores quienes informan, se encuentra una relación entre las habilidades Conceptuales y Prácticas y la inhibición y flexibilidad. Es decir, la capacidad de inhibición y la flexibilidad son más predictivas de las habilidades conceptuales y prácticas.

Los autores consideran que sus hallazgos se deben a los requisitos y expectativas presentes en cada uno de estos dos ambientes, el familiar y el escolar. El ambiente familiar, más predecible y en el que fácilmente se encuentran más apoyos por parte de los padres y hermanos, exige del adolescente que dependa más de su memoria operativa, que es la necesaria para sus actividades de la vida diaria, y menos de otras habilidades. Mientras que en el ambiente escolar, que es más cambiante y exigente, si se quiere conseguir éxito es necesario utilizar otras habilidades como son las capaces de inhibir conductas más frecuentes y de cambiar acciones con la debida flexibilidad.

Comentario: Desde un punto de vista pedagógico, parece clara la necesidad de promover el desarrollo de las cualidades propias de la función ejecutiva en los niños con síndrome de Down, de modo que después ellos mismos las sepan utilizar y aplicar como mejor convenga a las circunstancias y entornos en que se encuentren.

 


  1. Alteraciones en la regulación del sistema inmunitario en los niños con síndrome de Down.

Dean Huggard, Derek G. Doherty y Eleanor J. Molloy trabajan en Trinity College, The University of Dublin, Dublin, Ireland. Publicado en Frontiers in Pediatrics | www.frontiersin.org   1 February 2020 | Volume 8 | Article 73. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Se trata de una revisión muy actualizada sobre los problemas de tipo inmunitario que se producen en el síndrome de Down, y que explican los problemas que con frecuencia observamos en su mala y tórpida respuesta a las infecciones por bacterias, virus o por hongos, y en la mayor frecuencia con que aparecen determinadas enfermedades autoinmunes. Precisamente en esta época en que estamos bajo la amenaza de la epidemia COVID-19, es bueno que los especialistas posean una visión completa del problema.

 

Figura 1. Síndrome de Down y función inmunitaria. Anomalías observadas en el síndrome de Down, en la inmunidad innata (neutrófilos, monocitos, células citotóxicas naturales [NK]) y adquirida (linfocitos T y B e inmunoglobulinas). TLR: receptores Toll-like. TNF: factor de necrosis tumoral; Regs: células T reguladoras.

El problema inmunitario se debe a una pobre y desequilibrada regulación ―disregulación es el término empleado por los autores― en el complejo sistema inmunitario propio de de los seres humanos, debida a múltiples factores (ver figura 1). Debe señalarse que la aparición de alguno o algunos de estos factores es muy distinta de unos individuos a otros; es decir, la alteración inmune varía mucho.

De la abundante bibliografía consultada en la presente revisión, los autores concluyen que la disregulación inmunitaria en el síndrome de Down, origen de sus problemas frente a las infecciones y patología autoinmune se extiende tanto a los sistemas inmunitarios innatos como adaptativos. Se aprecian con cierta regularidad diversos tipos de anomalías en:

  • los linfocitos T y B, que distorsionan y debilitan la respuesta antiinfecciosa
  • el fenotipo de los monocitos
  • la quimiotaxis de los neutrófilos, que está disminuida
  • la presencia de muy diversas citocinas circulantes, pro- y anti-inflamatorias
  • las respuestas subóptimas de anticuerpos a las vacunaciones (menos intensas o más breves).

Son más dudosas y hace falta investigar más a fondo posibles alteraciones en la función de las células T-γδ, el inflamasoma, los receptores tipo Toll y sus vías de señalización.

En cuanto a los agentes farmacoterápicos, revisan los resultados de las diversas vacunaciones (palivizumab para el virus respiratorio sincitial, antineumocócica, antigripal), así como posibles agentes inmunoprofilácticos como pueden ser:

  • El inmunoestimulante pizotimod: (3-L-piroglutamil-L-tiaziolidine-4 carboxilic acid, un dipéptido sintético) que actúa promoviendo la liberación de citocinas pro-inflamatorias y la fagocitosis, y reduce la frecuencia y gravedad de infecciones respiratorias en niños con síndrome de Down.
  • Broncho-Vaxon: está compuesto por un liofilizado bacteriano a partir de ocho bacterias que suelen producir infecciones respiratorias recurrentes (Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae, Klebsiella pneumoniae, Klebsiella ozaenae, Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes, Streptococcus viridans, y Moraxella catarrhalis). Promueve la respuesta inmunitaria aumentando IgA and IgG séricas y mejora la señalización estimuladora de los linfocitos T. Pendiente de valoración clínica a gran escala.
  • Azitromicina: es un antibiótico cuya posible acción profiláctica en infecciones respiratorias recurrentes en niños se está estudiando.

 

Comentario: Es una revisión que nos pone al día sobre la problemática compleja de las regulación inmunitaria en el síndrome de Down. Nos explica los problemas con que, con frecuencia variable, nos podemos enfrentar: infecciones recurrentes (en aparato respiratorio, piel, otitis, sepsis), enfermedades autoinmunes (hipotiroidismo, celíaca, artritis, diabetes tipo I), menor respuesta a las vacunaciones.

 


  1. Células madre y desarrollo cerebral en el síndrome de Down: nuevos avances.

Anita Bhattacharyya trabaja en el Waisman Center de la Universidad de Wisconsin, Madison, USA. Publicado en Am J Intellect Develop Disabil 2010; 125: 90-92. DOI: 10.1352/1944-7558-125.2.90. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

En nuestro organismo existen más de 250 tipos diferentes de células; pero todas ellas son generadas a partir de las células madre durante el desarrollo embrionario. Y esto se debe a que las células madre poseen dos características que las hacen únicas: 1) son pluripotentes, es decir, tienen la capacidad de convertirse en cualquier tipo de célula del organismo, y 2) son capaces de auto-renovarse para generar más células madre y de ese modo poblar el cuerpo de todas las células que necesita. Aisladas y cultivadas a partir de embriones humanos hace 20 años, en la actualidad se ha conseguido obtenerlas a partir de células de tejidos humanos ya plenamente diferenciados (células de la piel o de la sangre); es decir: con la debida tecnología se consigue que una célula ya diferenciada "dé marcha atrás", vuelva a ser célula madre de la cual ella derivó. Estas células así obtenidas se llaman: iPSCs (de sus siglas en inglés: induced Pluripotent Stem Cells). En la actualidad, una vez reconvertidas, se pueden mantener en cultivo en el laboratorio.

Su valor es incalculable para analizar el desarrollo de una enfermedad provocada por un trastorno genético. Se ha comprobado que las células madre humanas debidamente mantenidas en una placa de cultivo recapitulan el desarrollo. Por ejemplo, la formación del cerebro humano tiene lugar prenatalmente, y sigue un patrón regular y específico en el tiempo y en la generación de las diversas células cerebrales. Pues bien, las células madre humanas en la placa de cultivo siguen un patrón similar si se las expone a las debidas señales externas necesarias para iniciar y mantener su desarrollo. De ese modo, es posible analizar y conocer aspectos del desarrollo cerebral humano prenatal que no son accesibles por otros métodos.

Un caso concreto es el síndrome de Down: un trastorno del desarrollo que se manifiesta en órganos diversos, incluido el cerebro, y que se inicia en fases muy tempranas embrionarias. En lo que al desarrollo del cerebro se refiere, a partir de células de tejido adulto de personas con síndrome de Down se han obtenido iPSCs que, convenientemente tratadas, se las ha derivado para convertirse en neuronas trisómicas que muestran características propias del síndrome de Down: trisomía génica, alto estrés oxidativo, deficiencias sinápticas, etc. Se podrá conocer la secuencia por la que, con el tiempo, la neurona degenera hacia la patología propia de la enfermedad de Alzheimer.

Pero las neuronas no son las únicas células del cerebro. Los llamados oligodendrocitos son células cerebrales encargadas de la formación de la mielina que rodea los axones neuronales. También se pueden obtener oligodendrocitos trisómicos a partir de las iPSCs, y analizar las cusas de que la mielinización sea más tardía y lenta en el síndrome de Down.

Comentario: La disponibilidad de células madre iPSCs a partir de tejido adulto de una persona con síndrome de Down, supone un paso de gigante para poder analizar con precisión los mecanismos por los que se producen alteraciones en diversos órganos de las personas con síndrome de Down. Cuanto mejor los conozcamos, más próximos estaremos para paliar, prevenir o evitar los problemas inherentes a la patología propia de la trisomía 21.

 


  1. Muerte por el Virus Respiratorio Sincitial en el síndrome de Down

Yvette N. Löwensteyn dirige desde el Departamento de Pediatría de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) el grupo GOLD (RSV Global Online Database). Publicado en The Pediatric Infectious Disease Journal, vol. 39, nº 8, Agosto 2020: 665-670. doi: 10.1097/INF.0000000000002666

Las infecciones respiratorias por el virus respiratorio sincitial (VRS) en los niños siguen siendo motivo de preocupación por su morbilidad y mortalidad. Es conocido el riesgo de los que son prematuros, tienen cardiopatías congénitas o una enfermedad respiratoria crónica en los que está plenamente indicada la inmunidad pasiva con el anticuerpo monoclonal palivizumab. Son ya varios los estudios que muestran que el síndrome de Down es un factor de riesgo independiente que ha de ser tenido en cuenta, pero las autoridades sanitarias se resisten en extender su recomendación por ver con claridad la relación beneficio/coste. El presente estudio trata de delimitar mejor la distribución de la infección por edad, manifestaciones clínicas y mortalidad global en una amplia población; concretamente, las características demográficas y clínicas de los niños con síndrome de Down que murieron en el hospital por causa de una infección por VRS, en edad inferior a 5 años, desde 1995 hasta 2019. Los datos fueron recogidos en determinados hospitales de 20 países que conforman el grupo GOLD.

En el periodo estudiado se registraron 53 casos de niños con síndrome de Down que murieron a edad inferior a 5 años por causa del infección con VRS; 5 provenían de familias de clase económica baja, 27 de clase media y 22 de clase alta. Los principales síntomas fueron dificultad para respirar (76%) y tos (62,8%). 40 fueron admitidos a la Unidad de Cuidados intensivos, 33 requirieron ventilación mecánica siendo la mediana de duración 10 días; la mediana de edad de muerte fue de 6 meses. Trece (24,5%) nacieron a término y no presentaron ningún factor especial de riesgo. En total, 36 (67,9%) tenían cardiopatía congénita, 8 enfermedad respiratoria crónica y 1 mostró inmunodeficiencia congénita. El tiempo de hospitalización fue significativamente mayor en los niños con síndrome de Down (13 días) que en los que no lo tenían (8 días), probablemente porque eran admitidos antes al hospital.

En conclusión, la cuarta parte de los niños con síndrome de Down fallecidos por infección con VRS no presentaban factores de riesgo para sufrir una infección grave; eso confirma que el síndrome de Down por sí mismo es un factor de riesgo de la mortalidad por VRS.

 

Comentario. La eficacia de la vacunación preventiva con el anticuerpo palivizumab es indiscutible; pero la frecuencia con que hay que administrarla y su alto precio reprimen su recomendación a todos los bebés con síndrome de Down por parte de los organismos internacionales, aunque hay países que ya la recomiendan y la subvencionan. Está en estudio clínico otra vacuna de acción más prolongada, lo que reduciría la frecuencia de administración. Si eso realmente se acompañara de reducción de costes, sería digna de ser ampliamente recomendada.