Caso práctico: Panel de estimulación temprana

Caso práctico: Panel de estimulación temprana

Caso práctico: Panel de estimulación temprana Enero 2021

 

Cuestión. ¡Hola! me contacto con ustedes porque estoy buscando asesoramiento para realizar un tablero sensorial. Mi ahijada tiene 18 meses y le quiero regalar un tablero el cual estoy realizando yo misma. He buscado varios modelos en internet pero tengo varias dudas con respecto a los instrumentos que se le pueden poner. Pude ver que cualquier objeto se puede poner, desde llaves de luz, cierres, rueditas etc., pero me gustaría estar mejor asesorada con lo que sería mejor para su estimulación.

Mi ahijada es muy despierta y aprende super rápido, lo que facilita muchas cosas a la hora de elegir algunos modelos. Espero poder recibir ayuda al respecto; desde ya muchas gracias y aprovecho para felicitar a la Fundación por todo lo que brinda. Gracias!

Respuesta. En los últimos tiempos se han vuelto muy comunes los paneles sensoriales. Las redes sociales y la posibilidad de fabricarlos uno mismo con elementos baratos ha favorecido la expansión de este tipo de material.

No obstante, muchas veces, estos paneles no cumplen ningún objetivo didáctico o de habilitación y simplemente adornan y decoran la estancia donde están instalados. Frecuentemente se colocan diversos objetos de la vida cotidiana (interruptores de la luz, cerraduras, cremalleras, botones, etc.), telas de diversas texturas, objetos luminosos y sonoros, etc. sin ningún propósito y, sobre todo, sin tener en cuenta las características personales del niño que los va a utilizar. Por ello, antes de ponerse manos a la obra y pegar/fijar artilugios en un tablero es importante determinar las áreas en las que el niño presenta más dificultades y sus causas, sus puntos fuertes y, también, a qué grupo de edad pertenece y/o cuál es su nivel de desarrollo.

Sobre lo anterior, es fundamental tener en cuenta la manera con la que gestiona los estímulos sensoriales pues, muchas veces, pueden estar influyendo en la participación y desempeño de las actividades y en la regulación y organización de sus conductas y respuestas. En el caso de las personas con síndrome de Down (tanto niños como adultos), es habitual que presenten dificultades en el procesamiento sensorial. Para entender mejor lo anterior utilizaremos tres ejemplos de las múltiples situaciones que se pueden dar cuando no hay un procesamiento sensorial adecuado:

  • Procesamiento inadecuado de las sensaciones táctiles. Algunos niños presentan hipersensibilidad sensorial a nivel táctil y reaccionan mal ante determinadas texturas. Si en la fabricación del tablero no se ha tenido en cuenta esto, se han podido colocar telas y texturas complicadas para él y rechazará jugar con el panel.
  • Procesamiento inadecuado de las sensaciones auditivas. Algunos niños son muy sensibles ante sonidos, incluso, a aquellos que otros ni perciben. Si en el tablero sensorial se ha puesto algún juguetito u objeto que emita un ruido ‘complicado’ de gestionar puede llegar a taparse los oídos, quedar agitado y distraído.
  • Procesamiento inadecuado de las sensaciones visuales. Si el niño presenta un procesamiento inadecuado ante estos estímulos puede sentirse incómodo ante un objeto con luz que se haya podido colocar en el tablero o puede suceder todo lo contrario y quedarse ensimismado ante las luces y el brillo.

Los casos anteriores sirven para ilustrar la importancia de valorar el procesamiento sensorial de los niños. Para conocer y determinar el perfil sensorial del niño se debe recurrir a un terapeuta ocupacional formado en la Teoría de Integración Sensorial. Este profesional está capacitado para utilizar e interpretar los datos obtenidos en herramientas de evaluación y para intervenir y trabajar sobre las necesidades detectadas.

Teniendo en cuenta lo explicado anteriormente, se pueden enumerar algunas características o recomendaciones generales para la elaboración de estos paneles:

  • Una buena idea es la de dividir el tablero en 3 partes. Una de ellas se destinará a una pizarra para tizas, otra será pizarra blanca para rotuladores a poder ser con superficie imantada y la tercera una alfombra de fieltro o lana con el dibujo de una ciudad y carreteras. Hacer actividades en vertical como escri­bir en una pizarra, hacer rodar unos coches de juguete sobre una alfombra colocada en la pared, colocar imanes de diversos tamaños, etc. fomentará un buen control motor de la extremidad superior así como una correcta posición de la muñeca y los dedos que será fundamental a la hora de sujetar el lápiz.
  • Si se sigue con la idea de querer incorporar otros objetos en el panel, lo más recomendable puede ser elaborar bastidores por temáticas de “quita y pon”. Por ejemplo, se puede hacer un panel de “cierres de vestido” (por ejemplo, cremalleras, botones, velcros, etc.); otro con “objetos de casa” (por ejemplo, interruptores, cerraduras, pomos de puertas, etc.), etc. La posibilidad de quitar y poner los bastidores reducirá los estímulos que el niño reciba y será más fácil para él centrar su atención ante lo propuesto. No obstante, los bastidores no pueden ni deben ser sustitutivos de las experiencias naturales en el entorno real. Es decir, de nada sirve que el niño sepa bajar y subir una cremallera en un panel colocado en la pared si es incapaz de hacerlo en su propio abrigo.
  • La incorporación de elementos al panel debe hacerse con cautela y tras un previo análisis de sus características. Si un determinado objeto no se adapta a los rasgos personales del niño habrá que rechazarlo.

En definitiva, elaborar un “panel sensorial” no es pegar objetos en una tabla que irá instalada en una pared. Por mucha buena intención que se tenga es necesario tener en cuenta las múltiples variables que intervienen: características personales (a nivel sensorial, motor y cognitivo) del niño al que va dirigido, el objetivo que se persigue con este material y las propiedades de los elementos que conformarán el panel. Pedir ayuda a un profesional que conozca al niño será fundamental para el diseño específico pues habrá evaluado el caso en particular e indicará mejor el nivel de desarrollo, necesidades del niño y de qué y cómo se puede beneficiar.

Germán Pérez Fernández
Terapeuta Ocupacional
Experto en Psicomotricidad
Especialista en Educación para la Salud
Formación en la Teoría de la Integración Sensorial