Resumen: Timpanostomía en los niños con síndrome de Down

Inserción repetida de tubitos mediante timpanostomía en los niños con síndrome de Down.
Mahmoud Omar, Jennifer L. McCoy, Andrew A. McCormick, Kishore Vellody, David H. Chi.
Repeat tympanostomy tubes in children with Down syndrome
International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology 148 (2021) 110811.
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0165587621002044?via%3Dihub
RESUMEN
La inserción de tubitos en el oído mediante timpanostomía (ITT) es el procedimiento pediátrico más frecuentemente utilizado en el paciente ambulatorio: permite a los pacientes con otitis media que drene el líquido acumulado en el oído medio y que se les apliquen antibióticos tópicamente.. Los niños con síndrome de Down muestran una mayor incidencia de ITT que los de la población general, y responden con mejorías similares en su calidad de vida tras su aplicación.
En múltiples estudios se ha comprobado que el reflujo gastroesofágico, una historia familiar de otitis media y las anomalías craneofaciales son factores predisponen a los pacientes a tener ITT repetidas, pero no se han estudiado los factores asociadas a las ITTs específicamente en los niños con síndrome de Down. Además, cuando se aplican tres o más ITT en estos niños existe una asociación con la mayor morbilidad del oído medio, como puede ser el aumento en la tasa de perforación crónica, atelectasia y colesteatoma.
Además de mostrar una mayor predisposición para la otitis media, muestran estos niños una mayor incidencia de apnea obstructiva del sueño y de pérdida de la audición de naturaleza neurosensorial. Estas diferencias clínicas preoperatorias inducen a que los otrorrinolaringólogos pediátricos tomen decisiones diferentes en relación con la ITT y las acompañantes adenoidectomía/tonsilectomía.
El objetivo de este estudio retrospectivo caso-control fue investigar los factores de riesgo que van positiva o negativamente asociados con la repetición de ITT en los niños con síndrome de Down, de forma que se pueda disponer de una mejor información sobre el riesgo, asesoramiento preoperatorio, y consideración de la cirugía de apoyo. Nuestra hipótesis fue que los factores típicos como son los cuidados cotidianos y la historia de otitis media familiar mostrarían su asociación la repetición de ITT. Que también habría asociación con la obstrucción del conducto lacrimonasal, prevalente en los niños con síndrome de Down, ya que la otitis media va frecuentemente asociada con esta forma de obstrucción. Y por último que la adenoidectomía/tonsilectomía serían protectores frente a la ITT repetida.
El estudio retrospectivo incluyó a 277 niños con síndrome de Down analizados de manera consecutiva entre 2007 y 2018 en un hospital terciario, que habían sido sometidos a una primera ITT, y fueron seguidos durante al menos 27 meses, de los que el 45,1% eran niñas, el 58,1% se habían alimentado con leche materna, el 35% tenía una historia familiar de infecciones del oído con o sin ITT. La tasa de ITT fue del 61,4%, con una media de 2,39 ITT por niño, pero en los que habían mostrado ITT la media fue de 3,27, y la mayoría (66%) tuvo su segunda ITT menos de 27 después de la primera. Los que tuvieron ITT repetidas fueron significativamente más jóvenes que los que sólo tuvieron una. El tener otitis crónica con efusión en su primer ITT constituyó un factor de riesgo para ser sometido a ITTs repetidas, mientras que tener una mayor edad al someterse a una primera ITT fue un factor de protección. La adenotonsilectomía, antes o en el momento de practicarse la primera ITT, no se mostró como elemento protector para que disminuyera la necesidad de practicar más ITT.
COMENTARIO
Es bien sabido que las otitis crónicas con retención de líquido en el oído medio son relativamente frecuentes en la niñez del síndrome de Down. El presente estudio confirma la frecuencia con que es necesario colocar tubitos mediante timpanostomía para que el líquido drene al exterior y, desgraciadamente, la necesidad de repetir esta maniobra, tonto mayor cuanto más pequeño sea el niño en el momento de realizar la primera intervención. No parece mejorar esta necesidad tras la extirpación de adenoides y amígdalas, a menos que éstas se encuentren realmente infectadas.