Entrevista: Un café con la familia Elorz - Montoya

Un café con la familia Elorz - Montoya
Pablo Elorz es arquitecto y Teresa Montoya es médico especializada en Endocrinología. María es la mayor de sus cinco hijos y tiene síndrome de Down.
“Nuestra hija mayor, María, ha sido una escuela de vida para sus hermanos”
- ¿Cómo conocisteis El Prado y por qué decidisteis llevar allí a vuestros hijos?
Conocíamos los colegios Fomento. Altozano en Alicante y El Redín en Pamplona. Cuando nuestros hijos eran más pequeños acudían por temas logísticos al colegio público más cercano, pero teníamos clara la idea de cambiarles por la formación humana y espiritual.
- Sois una familia superespecial, ¿cuál diríais que es vuestra fortaleza y guía?
Somos supernormales pero muy afortunados de contar con María en nuestra familia. María es nuestra hija mayor y tiene Síndrome de Down. Nuestros padres son un ejemplo y nos han ayudado mucho.
3.- ¿Qué destacaríais de cada uno de vuestros 5 hijos?
Al ser María nuestra hija mayor, el resto de sus hermanos ha tenido de forma natural una valiosísima escuela de vida en casa. María ha pasado por varias enfermedades e intervenciones importantes. Andar, hablar, nadar, montar en bici, escribir, leer, sumar... le ha costado mucho más que a sus hermanos. Ese esfuerzo extra nos ha hecho vivir más despacio, con paciencia, partido a partido. Cada logro ha sido motivo de alegría y celebración familiar.
María nos ha enseñado a vivir al día, con confianza, a valorar lo importante y dar las gracias. María contagia alegría, sonríe cada mañana, aunque esté enferma, ama la vida, confía en las personas, lo más sencillo es fuente de alegría y se sorprende con los milagros de lo cotidiano, da las gracias siempre. Al final de nuestra vida nos pedirán cuentas del amor y María llevará repleta su valija. El resto tenemos una gran guía en casa. ¿Qué más se puede pedir?
- ¿Cuáles son las mejores actividades de vuestra APA?
Para Pablo: El voluntariado familiar y las recomendaciones de pelis y series Jerónimo José Marín.
Para Teresa: Sin duda el voluntariado familiar, en el que se ayuda a otras familias necesitadas con hijos con discapacidad. Al pequeñín que íbamos a buscar no había subido nunca a un coche. También la escuela de familias hay que ponerla en valor. Es un auténtico lujo para los padres.