Editorial Desaprender la exclusión

Editorial Desaprender la exclusión

Desaprender la exclusión

Aprender es siempre un proceso complejo. Y lo es más cuando hay un bagaje de conocimientos previos erróneos que es preciso desterrar para asentar los saberes acertados. Desaprender es más difícil que aprender, porque requiere destruir algunos conceptos que en ocasiones constituyen pilares de nuestro sistema de valores y creencias. En ocasiones necesitamos derribar, derruir, los muros de nuestros conocimientos para construir los cimientos de una nueva forma de ver la realidad. Antes de aprender la inclusión hemos de desaprender la exclusión.

Para los seres humanos el otro es siempre un potencial enemigo, pues puede suponer un peligro. Vemos a los demás como extraños, sin que podamos evitarlo. Tenemos la tendencia a separar, a diferenciar entre nosotros y ellos. “Nosotros” está compuesto por todos aquellos en los que confiamos. Nuestros familiares, nuestros amigos, nuestros vecinos, nuestros conocidos. “Ellos” son los que vienen de otro lugar, hablan otra lengua, tienen otro color de piel o se comportan con normas culturales distintas a las nuestras. Desde tiempos inmemoriales se ha considerado a quienes son diferentes como extraños, como “ellos”.

Las personas con síndrome de Down forman parte de ese grupo ambiguo y confuso que incluye a quienes son diferentes a nosotros. Lo diferente siempre lleva a la desconfianza, al recelo y a la suspicacia. Y quienes tienen esta trisomía han sentido desde siempre esa desconfianza, en las miradas, en los gestos, en las palabras y en los actos.

Desaprender la exclusión supone hacernos conscientes de ese sesgo de nuestra percepción que nos hace desconfiar de quienes son diferentes a nosotros.

Desaprender la exclusión es aceptar la diversidad, entendiendo que la diversidad nos enriquece. No puede haber un mundo más pobre, más triste, que uno en el que todos fuéramos iguales.  

Desaprender la exclusión es abandonar la lógica de la homogeneidad, que tiende a agrupar a las personas por sus similitudes, para fomentar la lógica de la heterogeneidad, que entiende que unir a personas diferentes nos da la oportunidad de adquirir las destrezas, actitudes y valores necesarios para funcionar en los grupos heterogéneos que siempre conforman la sociedad.

Desaprender la exclusión es comprender que aceptar la diferencia es una forma de hacer un mundo más justo e igualitario, en el que todos tienen cabida. Un mundo en el que todos somos nosotros y no hay espacio para ellos, porque ellos también son nosotros.

Desaprender la exclusión es, a fin de cuentas, aceptar a todas las personas por el mero hecho de compartir con nosotros su humanidad, por su intrínseca dignidad humana, sean cuales sean sus características externas, sus capacidades, sus virtudes y sus defectos, sus potencialidades y sus limitaciones.   

 

Comentarios  

+1 #1 hacia la solidaridad y tolerancia plenaRoberto Soto 29-11-2021 15:42
Cuando en nuestro grupo de nosotros tenemos a alguien de "los otros" nos tienen que bastar para incorporar al resto de los otros a nuestro "nosotros"
Nada más absurdo que familiares de personas down sean intolerantes.
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