Editorial: Síndrome de Down sentirse seguro
Recientemente, esta revista abordó el tema de las posibles situaciones de estrés que se pueden plantear en las personas con síndrome de Down, y analizó todo un conjunto de condiciones que podrían ir perforando la malla que el organismo sostiene para mantener intacta una sana percepción de nosotros mismos (El estrés en la persona con síndrome de Down). Disponemos de un antídoto que se opone al estrés: la conciencia de sentirnos seguros.
Esa conciencia se inicia imperceptiblemente en la cuna. Cuando el bebé fija la mirada en su madre y ve unos ojos radiantes y luminosos, felices, empieza a sentirse seguro. Cuando siente el calor de un pecho que le nutre y calma su hambre, y de unos brazos de la madre y el padre que le mecen y le llevan y le muestran la riqueza de su entorno, y de una boca que le habla y le ríe y le besa, siente reforzado su sentimiento de seguridad.
¿Cómo conseguir que la seguridad en sí mismo vaya creciendo y asegurar que se mantenga cuando el bebé con síndrome de Down se hace niño, adolescente, joven... y va sintiendo en su carne el zarpazo de factores y acontecimientos perturbadores y posiblemente estresantes?
- Cuando la mirada radiante y luminosa que le dirigimos persiste y se mantiene día tras día; y la sonrisa no cede a pesar de dificultades y contratiempos.
- Cuando nuestras palabras son animosas y ayudan a persistir en tareas inicialmente más complejas y difíciles.
- Cuando evitamos gestos y comentarios negativos e incluso humillantes, ante conductas que no aprobamos.
- Cuando nunca le mentimos sobre su propia realidad, sino que adaptamos nuestras explicaciones a su capacidad de comprensión y le hacemos ver sus intrínsecas cualidades.
- Cuando estamos siempre dispuestos a comunicarnos, sabiendo que su capacidad comprensiva es superior a la expresiva.
- Cuando promovemos su implicación activa en las ocupaciones corrientes de la vida ordinaria y felicitamos sus actividades.
- Cuando compartimos visiblemente el gozo por sus pequeños ―pero siempre grandes― avances.
- Cuando insistimos en descubrir sus capacidades y le alentamos con hechos a realizarlas.
- Cuando no le sometemos a tareas sin descanso desde la mañana a la noche, que lo agotan, y compartimos diariamente ratos de ocio, diálogo, juego.
- Cuando no nos dejamos llevar por nuestro orgullo y permitimos que sus avances vayan al ritmo de sus posibilidades reales.
Comentarios
Quien lo haya escrito ha sintetizado en él consejos preciosos para toda una vida. Se ve que estos consejos son el fruto de toda una vida de observación y práctica, y doy fe de que son consejos útiles que, bien aplicados contribuirán a la salud y a la alegría de la persona con síndrome de Down que tengamos al lado, como padres, maestros, amigos, etc.
Un mes más, déjenme, Sres. de Down21, agradecerles su esforzado trabajo y su puntualidad. Ojalá entre todos, con nuestras pequeñas o grandes aportaciones económicas, podamos conseguir que sigan ustedes ayudándonos tanto como lo vienen haciendo desde hace más de 20 años.
Muchas gracias, Mary, por tu precioso mensaje y por los ánimos que nos das a los demás. Yo también te deseo a ti ánimo, fortaleza y serenidad para sobrellevar su ausencia física, pues seguro que su alma está ya para siempre indosolublement e unida a la tuya. El mayor de los abrazos. Saro