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Delimitación de términos

Habilidades sociales y competencia social

Como ya se dijo anteriormente, no es tarea fácil delimitar el concepto de habilidades sociales, dada su compleja naturaleza y su relación con otros términos afines. El esfuerzo de los teóricos por delimitar conceptos como competencia social, habilidad social, inteligencia social, por citar algunos, es ímprobo y no siempre operativo en términos prácticos.

De acuerdo con Monjas (1999:28), las habilidades sociales son las "conductas o destrezas sociales específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea de índole interpersonal. Implica un conjunto de comportamientos adquiridos y aprendidos y no un rasgo de personalidad. Son un conjunto de comportamientos interpersonales complejos que se ponen en juego en la interacción con otras personas".

Por otro lado y de acuerdo con la autora ya citada (Rojas, 1999:28), la competencia social es "un constructo hipotético y teórico global, multidimensional y amplio, mientras que las habilidades sociales pueden verse como parte del constructo de competencia social. Las habilidades sociales son comportamientos sociales específicos que, en conjunto, forman las bases del comportamiento socialmente competente. El término competencia se refiere a una generalización evaluativa y el término habilidades se refiere a conductas específicas".

La competencia social, pues, forma parte de la conducta adaptativa del sujeto. Esta última incluye destrezas de funcionamiento independiente, desarrollo físico, desarrollo del lenguaje, así como competencias académicas funcionales. De acuerdo con Prieto, Illán y Arnáiz (1995), centrándose en el contexto educativo, las destrezas sociales incluyen:

♦ las conductas interpersonales (aceptación de la autoridad, destrezas conversacionales, conductas cooperativas, etc.)
♦ las conductas relacionadas con el propio individuo (expresión de sentimientos, actitudes positivas hacia uno mismo, conducta ética, etc.)
♦ conductas relacionadas con la tarea (trabajo independiente, seguir instrucciones, completar tareas, etc.)
♦ la aceptación de los compañeros

En conclusión, parece haber cierto acuerdo en considerar las habilidades sociales como habilidades discretas y observables, en tanto que la competencia social puede definirse como la eficiencia y adecuación de los comportamientos del sujeto, tanto encubiertos como explícitos. Ambos conceptos podrían considerarse, a su vez, como subcategorías del comportamiento adaptativo general del sujeto.

Competencia Social y competencia interpersonal

De acuerdo con Pelechano (1995), cabría hacer una diferencia entre competencia social (éxito social, reconocimiento social de los méritos personales) y competencia interpersonal (reconocimiento individual de personas más que de instituciones). Se trata, en este último caso, del logro de una confianza personal, de ayuda hacia los demás y de un referente personal más que social.

Parece existir un relativo acuerdo por parte de algunos autores en considerar la competencia social como la adecuación de las conductas sociales a un determinado contexto social. Implica juicios de valor, siendo éstos distintos de unos contextos culturales a otros ya que cada contexto tienen unas normas y valores. La competencia social es el impacto de los comportamientos específicos sobre los agentes sociales del entorno.

Inteligencia sociopersonal e interpersonal

Años atrás, el autor anteriormente citado (Pelechano, 1984) establecía una distinción entre Inteligencia Sociopersonal (más comprometida con el éxito y el funcionamiento institucional) e Inteligencia Interpersonal(directamente relacionada con el análisis y solución de los problemas interpersonales y no institucionales u organizacionales).

Mientras que la inteligencia sociopersonal se encuentra identificada con problemas de competencia social, la interpersonal (tanto a nivel intrapersonal como interpersonal) se identifica con la competencia personal de solución de problemas personales de uno mismo y de los demás.

A raíz del paradigma de Inteligencias Múltiples de Gardner (1995), el término Inteligencia intra / interpersonal está siendo ampliamente aplicado, por lo que los conceptos de Pelechano cobran total vigencia.

Concepto de Inteligencia Social de la AAMR

Desde su fundación, en 1876, la American Association on Mental Retardation (AARM), ha marcado las directrices en la comprensión, definición y clasificación del fenómeno de retraso mental. Desde entonces, la AARM viene publicando con regularidad el manual Retraso mental. Definición, clasificación y sistemas de apoyo.

En la última revisión de dicho manual publicada en 1992, la AARM mantiene el término Retraso Mental. Esta decisión no está exenta de cierta polémica, ya que desde distintos ámbitos, se insta a la eliminación de éste por su carácter estigmatizador (Luckasson y Reeve 2001). Ciertamente, en el ámbito psicoeducativo, actualmente, se hace referencia a la discapacidad intelectual. Sin embargo, en este apartado conservaremos el término Retraso Mental, en el intento de respetar la terminología aplicada por la AARM.

De acuerdo con la AARM (2000:32), la inteligencia social hace referencia a la "capacidad para entender las expectativas sociales y la conducta de los demás, así como juzgar adecuadamente cómo comportarse en situaciones sociales. Los principales componentes son la conciencia social y las habilidades sociales. Más concretamente, incluyen: comprensión social, intuición, juicio y comunicación. Las personas con retraso mental pueden tener limitaciones significativas en su capacidad para comprender el comportamiento social, lo que incluye dificultades para inferir señales personales mediante la asunción de papeles y la dificultad para inferir señales situacionales en transacciones interpersonales. Pueden presentar limitaciones significativas en su habilidad para mostrar perspicacia social sobre las características personales y motivacionales de los otros. Pueden tener limitaciones sustanciales en la habilidad para mostrar un adecuado juicio ético en sus comportamientos interpersonales y en su capacidad para comunicar sus propios pensamientos y sentimientos para resolver problemas cuando existen necesidades conflictivas en situaciones sociales (Greenspan, 1979, 1981). La inteligencia social es fundamental en conductas adaptativas como las habilidades sociales, de comunicación, trabajo, tiempo libre, vida en el hogar y utilización de la comunidad".

Habilidades sociales y asertividad

Otro término afín es la Asertividad, concepto referido tradicionalmente a las conductas de autoafirmación, expresión de sentimientos, opiniones, etc. En términos generales, podemos entender la asertividad como una conducta interpersonal que implica la expresión directa de los propios sentimientos y la defensa de los derechos personales, sin negar los derechos ajenos como un concepto restringido que se integra dentro del concepto más amplio de habilidades sociales.

Modelo de Competencia Social de Gumpel

El Modelo de Competencia Social de Gumpel (1989) engloba seis áreas clave:

Habilidades de descodificación: proceso por el cual la información sensorial es recibida y percibida, habilidades para atender y discriminar entre diferentes tipos de estímulos ambientales (imágenes faciales, tonos de voz, etc.).
Habilidades de decisión: implica interpretar los estímulos y generar posibles opciones de respuesta apropiadas para una reacción apropiada. Después de la generación de posibles opciones de respuesta y de la comparación de esas opciones de respuesta con las habilidades presentes en el repertorio conductual del actor, se elige un comportamiento adecuado y ejecutable para efectuarlo.
Habilidades de ejecución: el individuo debe ejecutar el comportamiento. Las habilidades de ejecución incluyen la comunicación verbal y no verbal, habilidades comportamentales moleculares.
Juicios de monitorización personal: tener la certeza de que se está ejecutando la habilidad de manera adecuada y de que la habilidad en particular continúa siendo la respuesta comportamental más adecuada para el estímulo inicial.
Juicios ambientales: El comportamiento es observado por otros quienes pueden realizar un juicio positivo o negativo en relación a su adecuación y nivel de habilidad.
Estructuras cognitivas: El comportamiento percibido como apropiado y habilidoso aumenta los sentimientos de autoeficacia y reduce la ansiedad. En contrapartida, los comportamientos percibidos como inapropiados e inhábiles reducirán los sentimientos de autoeficacia y aumentarán la ansiedad. Las habilidades juzgadas positivamente se repetirán con mayor probabilidad, mientras que las habilidades que reciben solamente reacciones negativas de los demás (y del propio individuo) tenderán a extinguirse.

Este modelo da especial importancia no tanto al aprendizaje de habilidades comportamentales específicas sino a aprender a decidir qué habilidad utilizar y a ejecutarla correctamente.

Desde este enfoque, entrenar a personas con retraso mental únicamente en respuestas comportamentales es incompleto; el entrenamiento de las habilidades sociales debe incluir la instrucción de habilidades de decisión, habilidades de ejecución, y de monitorización o seguimiento.